(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Era un año de transición para River tras el máximo logro deportivo de su historia moderna al vencer a Boca en el mítico Santiago Bernabeu y lograr su cuarta Copa Libertadores, al menos, así lo vieron los dirigentes. En los planes de principio de año nadie imaginaba que River siguiera en un nivel alto como viene demostrando en este primer semestre pese al errático inicio de 2019 con tres derrotas que lo marginaron de la pelea por el título de la Superliga. Luego, River se acomodó y volvió a desplegar buen fútbol. 

La obsesión de su DT sigue siendo la misma. Para él no hay transiciones, el hambre de ganar sigue intacto y más luego de ver la respuesta de sus jugadores. Sin embargo, entiende que hoy las lesiones diezmaron a su equipo. La rotura de ligamentos de Juan Fernando Quintero, quien transitaba su mejor momento en el club, fue un cachetazo duro que le achicó las variantes a un River que igual sigue siendo muy competitivo.

Ante este panorama, y con la posibilidad de avanzar a la segunda fase de la Copa Libertadores, Gallardo entiende que, pese a que River tiene más necesidad de vender que posibilidades de comprar, ese puesto tiene que ser reforzado a la espera de la vuelta del colombiano. Sabiendo que no tiene muchas chances de probar y que su bala de plata es una sola, el entrenador apuntó a un nombre que le dé garantías: Gonzalo “Pity” Martínez.

El Pity se fue de River como un ídolo. Las copas ganadas, sus goles a Boca y el histórico “tercero” en la final de la Libertadores lo ponen en un peldaño altísimo en la historia del club de Núñez. Su presente en el Atlanta no es el que esperaba. Tras acordar su pase a la MLS (hay que recordar que pese a anunciarse el 9 de diciembre, el jugador estaba vendido desde el 16 de octubre) y a días de viajar a USA, Martínez se enteró que el “Tata” Martino no iba a ser su entrenador en el Atlanta. Ese ya fue un golpe. Hasta el momento Frank de Boer, actual DT del equipo estadounidense, no logró sacar lo mejor del diez que aún no llega a demostrar su potencial en su nueva liga. 

Pero no es todo, según confirmaron desde el entorno familiar a "Doble Amarilla", el Pity no termina de adaptarse a la distancia. Lejos de invadir la privacidad del jugador, sí vale la pena explicar los motivos con un poco más de detalle. En el segundo semestre del año pasado (antes de firmar con Atlanta), el Pity se había separado de Priscila Ventura, su pareja y madre de su hija Pilar. Pero a principio de año se reconcilió y hace 15 días la pareja contrajo matrimonio en el registro civil de la comuna 8, en Villa Lugano. Su mujer y su hija por el momento viven en Buenos Aires y esa distancia le es muy difícil de llevar, según relatan desde su entorno.

El vínculo de Gallardo con Martínez fue siempre excelente, casi paternal dicen algunos. La historia en River es conocida: el técnico confió siempre en el jugador, lo potenció pese a la resistencia inicial del público y lo convirtió en ídolo y artífice central en todos los títulos. Lo que pocos saben es que el DT y su ex jugador hablan todas las semanas y más de un día a la semana. En esas charlas empezó a surgir la idea de por qué no pegar la vuelta ante este contexto. Es más, según pudo saber "Doble Amarilla" de fuentes riverplatenses, Gallardo ya le hizo saber a los dirigentes que todos los esfuerzos de este mercado de pases deberían ponerlos en “la vuelta del Pity”.

La gesta es difícil. River apuesta a vender bien en este mercado de pases para poder cerrar un balance superavitario el próximo 31 de agosto. Cabe recordar que los millonarios vienen de tener uno de sus máximos logros deportivos, pero el último ejercicio económico arrojó un preocupante déficit de $512 millones, lo que elevó el pasivo del club a $1.921 millones. Jugadores como Exequiel Palacios, Lucas Martínez Quarta o Gonzalo Montiel, son potenciales ventas con las que River aspira a recaudar unos $1.000 millones (u$s 25 millones) y poder terminar con las cuentas en orden.

El pase del Pity significó para el Atlanta United una erogación total de u$s12.570.000, de los cuáles River cobró ya en diciembre u$s 5.000.000. Hoy la operación para repatriarlo parece difícil por donde se la mire. Pero tratándose de un pedido de Gallardo y de la intención de un ídolo del club todo puede pasar. Un arma seductora es sin dudas la Selección Nacional. El jugador sabe que bajo la conducción de Gallardo, logró que Lionel Scaloni ponga sus ojos en él y nadie mejor que el Muñeco para seguir sacando lo mejor. Además, es sabido que el seguimiento de la MLS no es una prioridad para los seleccionadores argentinos. Estar en USA, lo aleja de la celeste y blanca.

La nostalgia ‘millonaria’ del Pity Martínez queda clara en sus redes sociales donde el ídolo sigue atento a cada movimiento de su ex club y sus ex compañeros. Al punto que, en su última visita al mundo de la Banda en la pretemporada de Punta del Este dejó la frase que aún hoy retumba en el Monumental: “Me está costando salir del mundo River”.

La semana pasada el Pity recibió el último mimo desde el club que tanto extraña al ser nombrado “Embajador de la filosofía River” en Estados Unidos, una distinción que ahora comparte con jugadores como Gabriel Mercado, Javier Mascherano, Matías Kranevitter, Ramiro Funes Mori, Manuel Lanzini o Gonzalo Higuaín, entre otros.

Hoy no deja de ser una idea primaria, a la que hay que darle forma y que no resulta nada fácil. Tampoco resulta sencillo para los dirigentes decirle que “no” a Gallardo sin al menos analizar desde todos los puntos la viabilidad de semejante refuerzo. El próximo mes será clave y empezará a definirse si el jugador sigue aprendiendo inglés o si vuelve a cantar con los hinchas “El Pity Martínez, qué loco que está”.