(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) De lo sucedido en los últimos días en torno a la Superliga, una foto se distingue por sobre el resto. La TV jugó. Y lo hizo fuerte. Cuando suele haber este tipo de acciones de una de las partes, la relación se tensa o, como mínimo, nada vuelve a ser igual.

Los dirigentes recogieron el guante. Asimilaron el mensaje que les mandaron desde Fox y TNT. Y susurraron por lo bajo (y no tan bajo) en la ventosa tarde de Olga Cossentini. “Está bien, amenazaron con incumplimiento de contrato si se jugaba la temporada 2020/21 con 23 equipos y no con 22. Ahora, vamos a estar atentos nosotros, y que no sea cosa que ellos incumplan el contrato en una coma”, dijo un dirigente, en llamas.

El mail que desde la TV llegó a la casilla de la Superliga fue leído dos veces por parte de Mariano Elizondo, ante la atónita mirada de los dirigentes. En esas líneas la TV era clara: en la 2020/21 tiene que haber 22 equipos. Y el resto, poco le importa. Y si bien se estaba tratando un tema que tenía dos posturas claras en la dirigencia, en este punto todos se miraron a la cara y coincidieron: hay que renegociar urgente el contrato de la TV. “No vieron la situación. Acompañar a los clubes en esta intención de bajar la cantidad de descensos les iba a salir mas barato. Ahora, unidos, vamos por más”, dijo otro directivo en off. A un costado, el vice de Lanús Hernán Arboleya avisaba con un “vamos a plantear el problema económico y social que tenemos”. Esto, recién empieza.

Los últimos meses los dirigentes pusieron especial énfasis en analizar el principal ingreso que tienen los clubes: los derechos audiovisuales. Y se llegó a una idea común: las empresas de TV están ganando un muy buen dinero, debido a los aumentos en los abonos y la cantidad de paquetes vendidos. Los clubes reciben $ 4 mil millones, lo cual es considerado insuficiente por la clase dirigencial. Así las cosas, ahora la TV no sólo tiene en contra a los clubes que votaron a favor del cambio, sino que todos los dirigentes (incluyendo los de las instituciones que consideran que no debía haber modificaciones en el sistema de descenso) piensan que es momento de hacer una renegociación.

Es tal el malestar de los directivos, que gran parte de la reunión del martes manifestaron su disconformismo. Explicitamente le pidieron a la Superliga que en vez de controlar tanto a los clubes, ponga el ojo en las televisoras. “Si la Superliga gasta tanto dinero en auditar a los clubes, también podría auditar a las empresas de TV, que son quienes se están quedando con un negocio millonario, mientras que los clubes están viendo solo una parte de eso”, dijo otro participante de la reunión en Puerto Madero.

A la salida del cónclave, varios dirigentes coincidieron en off en que el contrato está desproporcionado, y que ahora la TV va a tener que sentarse a negociar con todos los clubes, porque al haber amenazado con iniciar acciones por incumplimiento de contrato si el siguiente certamen se jugaba con más de 22 equipos, ahora los dirigentes tomarán una postura más activa. Según anticiparon el martes, “si no se ve una pronta solución para que el contrato genere una graduación distinta que la que está generando hoy, ya hay clubes que dijeron que el fútbol no arranca”. Cabe destacar que las modificaciones del contrato se hacen en base a dos ítems: inflación y aumentos en el abono del cable (de los dos puntos, el que sea mayor). Y es ahí adonde apuntan los directivos. Pretenden un gesto de la TV, que a juzgar por el tono de la misiva enviada a Puerto Madero, no va a llegar.

En esto, están todos del mismo lado. Saben que de tener una unidad fuerte, recibirán más dinero. Y sino, el fútbol no arrancará. Cuando el eclipse se llevaba todas las miradas, un dirigente repitió: “les va a salir más caro, porque sino el fútbol no arranca”. Entonces, nos preguntamos, ¿se viene la noche?