En Racing se viven horas de tensión, incertidumbre y preocupación. Lo cierto es que, deportivamente, atraviesa el peor momento del año. Mal juego, sin resultados y desaciertos dirigenciales, sumado al trabajo, desde las sombras, del mánager Rubén Capria.

Según pudo averiguar Doble Amarilla, estuvieron reunidos integrantes de la comisión directiva, el cuerpo técnico que está al frente del primer equipo (Úbeda-Fleita-Arano) y los miembros del plantel, con sus referentes a la cabeza. Allí se planteó el interrogante de lo que podría llegar a suceder hoy, cuando la Acadé reciba a Estudiantes por la fecha 14 del Torneo de la Liga Profesional de Fútbol.

El equipo atraviesa uno de sus momentos mas delicados del año. Parecía que la salida de Juan Antonio Pizzi era una solución a lo vivido en el primer semestre, pero no. El problema está en la raíz.

La salida de Diego Milito de Racing, con un comunicado de por medio a través de sus redes sociales, alertó a la institución, puertas para adentro, y también a cada uno de los hinchas académicos. "No comparto el modelo ni las ideas del presidente", afirmó el Príncipe en el video despedida. Y eso hizo ruido. Pero la CD siguió, como si nada hubiese pasado. Ahí apareció en el radar Rubén Capria. Con la vara muy alta, claro. Y no alcanzó las expectativas.

Si bien Racing alcanzó la final del certamen pasado, la cual perdió de manera abultada ante Colón, en los partidos importantes no generó y fue goleado. Nunca hubo una identidad de juego y tampoco un estilo. Sumado a que los refuerzos traidos, salvo excepciones, nunca rindieron.

La realidad es que hay preocupación. El ciclo de Úbeda está en la cuerda floja. Pero no es el culpable. El "Sifón" es el último eslabón de una cadena oxidada que necesita ser reemplazada. Porque, hasta ahora, se fue puliendo. Pero con eso no alcanza. Es necesario una reestructuración deportiva, como dijo Lisandro López. ¿Será él quien se encargue de la refundación futbolística?