La derrota 7-1 a manos de Boca caló hondo en Vélez. El ánimo no es el mejor y, para los hinchas velezanos, es un golpazo difícil de digerir. Apenas finalizado el encuentro, parte de la barra se acercó a las inmediaciones del José Amalfitani.

Es por eso que, en la vuelta del equipo de Pellegrino al trabajo, pensando en la visita a Talleres del próximo sábado, no sorprendió ver patrulleros de la Policía Bonaerense custodiando el lugar.

Ante el hecho que la barra quiso llegar hasta el estadio el domingo a la noche, y que en redes sociales circularon muchas amenazas, la dirigencia del club de Liniers prefirió no arriesgar y convocó a las fuerzas de Seguridad para garantizarles tranquilidad a los jugadores y al cuerpo técnico.