El uruguayo Rodrigo Mora no está pasando su mejor momento. Al contrario. Muchas sombras se ciernen sobre su futuro futbolístico. La lesión que lo aqueja -sinovitis de cadera derecha- lo marginó del fútbol, al menos, por los próximos dos meses. Y no tiene fecha de reaparición ni tratamiento definido. Los médicos le están haciendo todo tipo de estudios pero aún no dieron en la tecla.

Tanto el cuerpo técnico encabezado por el Muñeco Gallardo como sus propios compañeros, saben que no es una tontería la lesión del uruguayo. Por eso públicamente, y cada vezque pueden, le mandan arengas de fortalezas anímicas y augurios de pronta recuperación. Es que las lesiones en las caderas suelen ser de muy complicadas como para que los deportistas vuelvan a competir en el mismo nivel. 

Por eso, preocupado y caído anímicamente (todo esto potenciado por la utilización de muletas que, sin dudas, producen un efecto psicológico nocivo), Rodrigo se tomó un par de días para descansar con su familia en Montevideo y, de paso, visitar a un viejo conocido suyo. Se trata de un curandero que ya ha tratado a varios futbolistas uruguayos y que tiene fama de ¨trabajar¨ con manos mágicas. Mora se entregó y sumará a su amigo al tratamiento de recuperación.

Los médicos, por ahora, le han ordenado unos ejercicios y tratamiento de natación para que la caedra se le desinflame. Y una vez que tengan todos los elementos listos, evaluarán si una operación puede solucionar el tema. Por ahora, todo es preocupación y dudas alrededor del uruguayo. Menos para el curandero, que promete ayudar a que Mora pueda volver a jugar al fútbol como antes...