Giovanni Simeone, cuyo paso por River no alcanzó las expectativas que su apellido podía sugerir, sorprendió al mundo del fútbol con un notable crecimiento en Europa. Hoy, consolidado en el Napoli, el delantero argentino alcanzó la gloria al quedarse con el torneo de la Serie A.

El atacante llegó al elenco italiano en el segundo semestre de 2022, integrándose a una temporada que los aficionados jamás olvidarán: el equipo se consagró campeón del Scudetto, y "Gio" fue una pieza importante en esa conquista. 

Su impacto fue notable, generando un gol cada 97 minutos mientras estuvo en cancha, una estadística que subraya su eficacia y capacidad goleadora.

Equipos como Lazio, Torino y Juventus fueron testigos directos de su olfato goleador, siendo precisamente los clubes que más sufrieron sus anotaciones. Este rendimiento en una de las ligas más competitivas de Europa demuestra la evolución de Simeone desde sus inicios en River, donde no logró afianzarse como se esperaba.

Simeone, figura del Napoli de Italia.
Simeone, figura del Napoli de Italia.

El paso de Giovanni Simeone en River

La estadía de Simeone por River fue, en retrospectiva, una etapa de formación más que de consolidación. Hijo del reconocido Diego "Cholo" Simeone, Giovanni se unió a las divisiones inferiores del “Millonario” en 2008 y firmó su primer contrato profesional en 2011. Debutó en la Primera División en 2013.

Durante su tiempo en el primer equipo, luchó por ganarse un puesto fijo en la delantera, compitiendo con otros atacantes de peso. Sus estadísticas reflejan una participación limitada pero con algunos destellos: jugó un total de 33 partidos, en los que anotó 4 goles. Si bien mostró algunas de sus cualidades como delantero, la regularidad y la explosión goleadora que lo caracterizan en Europa no se manifestaron plenamente en el Monumental.

En busca de más minutos y desarrollo, fue cedido a Banfield en 2015, donde tuvo una temporada mucho más productiva antes de emigrar al fútbol europeo en 2016. Aunque su ciclo en River no fue el más exitoso en términos de goles o títulos protagónicos, sin duda sentó las bases para el notable crecimiento que experimentaría posteriormente en Italia.