El partido entre Boca Juniors y Newell's Old Boys que debía jugarse ayer, desde las 21.30, por la 23ra. fecha de la Liga Profesional fue postergado para el martes a las 19.15 en el mismo escenario, ya que el campo de juego de la Bombonera estaba anegado en varios sectores y esto obligó al árbitro, Patricio Loustau, a determinar su suspensión.

La suspensión, sin embargo, si bien fue atribuible a la lluvia, que cayó intensamente sobre la Ciudad de Buenos Aires desde las últimas horas de la tarde del domingo, tiene su correlato en una obra no concretada por el club de la Ribera para reciclar todo el terreno de juego, algo que fue postergado por distintos intereses y ahora se transformó en una necesidad perentoria.

Tweet de Liga Profesional de Fútbol



La medida adoptada por Loustau tuvo dos episodios, que pasaron por sendas salidas previas al campo de juego, la primera de ella cuando la pelota rodaba pero no picaba, y la segunda cuando ya no hacía ni una cosa ni la otra.

Todo esto lo afrontó el árbitro ante un imponente marco de hinchas boquenses, que en un número aproximado a 40.000 se dieron cita pese a lo lluviosa de la jornada y a que los cañones, después del título alcanzado por River Plate, apuntan más a la final de la Copa Argentina del 8 de diciembre frente a Godoy Cruz o Tallares, de Córdoba, antes que al certamen local.

Los hinchas cantaron como si el partido estuviera en pleno desarrollo y silbaron estruendosamente a Loustau, como una forma de ejercer presión sobre el juez, pero la realidad era más fuerte, tanto como la lluvia que iba aumentando su intensidad, y por eso la suspensión resultaba lo más atinado.

Pero aun cuando la comunicación se hizo oficial a través de La Voz del Estadio, los hinchas permanecieron en sus lugares cantando bajo la lluvia, sobre todo en la tribuna que ocupa "La Doce", y recién empezaron a bajar las escaleras buscando la salida cuando se empezaron a apagar las luces.

La resolución sobre la reprogramación fue adoptada de manera inmediata con el acuerdo de ambos clubes y corroborada por el miembro del Consejo de Fútbol boquense, Jorge Bermúdez, quien además se lamentó por la suspensión, ya que expresó que era algo "triste por la cantidad de gente que había venido a ver este partido".

Y fue más allá el "Patrón" cuando anticipó que "lamentablemente esa obra tan importante que hay que realizar en el campo de juego se postergó, cuando estaba programada para agosto pasado".

"Esa decisión se había adoptado después de un partido con Argentinos Juniors en el que pasó algo similar, pero como inmediatamente se anunció la vuelta del público a los estadios, se decidió dejarla para más adelante, aunque ahora ya no habrá más demoras y comenzarán a realizarse desde el 13 de diciembre", le anunció a ESPN el exdefensor colombiano.

Justamente, para entonces ya Boca habrá jugado su último partido de esta Liga Profesional ante Central Córdoba, de Santiago del Estero, y sabrá si jugará la Copa Libertadores 2022 (ya está clasificado para la Sudamericana por ganar la Copa Diego Maradona) por Copa Argentina o por el campeonato local. En este último por el momento se está quedando afuera por Tabla Anual.

"Las obras se van a realizar de manera completa y durarán el tiempo que corresponda", remarcó Bermúdez, lo que implicaría que en caso de clasificarse a esa Copa Libertadores y más allá del certamen argentino, tendría que jugar como local en otro escenario, y allí se abre un amplio abanico de posibilidades.