Talleres, de Córdoba, goleó a Independiente de Avellaneda, 3-1, y se aseguró el segundo puesto de la tabla anual, lo que lo clasificó a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2024 y dejó sin nada a su rival, que luchaba por pasar a los cuartos de final.

El conjunto cordobés anotó por intermedio de Rodrigo Garro, a los 42 minutos del primer tiempo, Valentín Depietri (16m. ST) y Ramón Sosa (23m. ST), mientras que Alexis Canelo (37m. ST) y Matías Giménez (44m. ST) descontaron para el visitante.

Los de Javier Gandolfi volvieron al triunfo luego de siete encuentros, en una Copa de la Liga en la que no tuvieron el desempeño que esperaban, aunque el triunfo de hoy le permitió alcanzar los 67 puntos en la tabla anual, quedando como escoltas de River (85) y abrochando así el pase directo a la fase de grupos de la Libertadores.

La desilusión fue para los de Avellaneda, porque quedaron igualados en 23 puntos con Rosario Central en la cuarta colocación de la Zona B, ambos con misma diferencia de gol (+4), pero los rosarinos avanzaron a cuartos de final por tener más tantos a favor. 

Los de Carlos Tevez ya se habían asegurado la permanencia hace algunas fechas, objetivo central que se había trazado el exfutbolista de Boca cuando se hizo cargo del equipo, aunque los buenos resultados lo ilusionaban en meterse entre los cuatro clasificados.

Se vio un primer tiempo con un leve dominio del local, ya que manejó mejor la pelota, pero carecía de profundidad en los últimos metros para llevar real peligro al arco de Rodrigo Rey, quizás por la falta de un referente de área.

Por eso, su juego se basó más por lo que podían hacer por los costados Valentín Depietri y Ramón Sosa, y fue precisamente el paraguayo el que dispuso de las mejores acciones por el sector.

Primero, Sosa exigió a Rey luego de enganchar y sacar un potente derecho, y antes de que se vaya la primera mitad puso en apuros nuevamente a la defensa visitante, pero en esta oportunidad Iván Marcone lo detuvo con falta antes de ingresar al área.

Y fue de esa pelota parada que llegó la apertura del marcador, con una pegada exquisita de Garro, que de zurda puso la pelota junto al palo derecho de Rey, que aunque alcanzó a tocar, no pudo evitar la caída de su valla.

El “Rojo” había despertado alguna ilusión con un par de buenas incursiones de Julio Buffarini por el sector derecho, pero los centros del ex Talleres no encontraron buen destino, por lo que el arco de Guido Herrera no sufrió demasiado en esos 45 minutos iniciales.

El ingreso de Santiago Toloza en el complemento le dio otra dinámica a los de Carlos Tevez, porque el juvenil volante aportó claridad y variantes en la creación de juego, pero sus intervenciones fueron intrascendentes, ya que la defensa local no tuvo fisuras cuando el “Rojo” intentó penetrar.

Independiente metía mucha gente en campo rival, y rápidamente el local lo detectó, mandando a correr a los ligeros Sosa y Depietri, que pusieron en aprietos a la defensa del “Diablo” cada vez que superaban la mitad de cancha.

Esos espacios que cedía la defensa de los de Tevez le permitieron a la “T” aumentar la ventaja con los tantos de Depietri, que definió de media vuelta tras un pase atrás de Sosa.

Y luego fue el paraguayo quien ganó en velocidad y picó la pelota ante la salida de Rey para colocar el 3 a 0 que les daba tranquilidad a los suyos y para que se desate la fiesta en las tribunas de un estadio Kempes que lució casi repleto con más de 45.000 hinchas, en una jornada muy calurosa en Córdoba.

Esa algarabía de los hinchas se vio empañada en los minutos finales, porque los tantos del descuento para el “Rojo” por intermedio de los delanteros Canelo y Giménez, llenaron de nerviosismo e incertidumbre el pasaje de cierre.

Incluso Independiente tuvo el empate en el tiro del final, cuando Herrera sacó sobre el travesaño un cabezazo de Giménez, que se metía si no fuera por la gran reacción del arquero local.

Así se acabó el juego y el campeonato para ambos, con realidades diferentes, y con los hinchas de la “T” que finalmente pudieron desatar el festejo que salía desde el campo de juego con los jugadores celebrando el pase a la máxima competencia continental.