(De la redacción de DOBLE AMARILLA) El Mundo de la Superliga vivió un 2018 donde su sede de Puerto Madero fue epicentro de muchas discusiones, pero donde además se consiguieron nuevos sponsors y negocios vinculados a la industria del fútbol, en un año marcado por la inestabilidad económica del país.

En la primera recta del año, la entidad que conduce Mariano Elizondo tuvo que lidiar con la definición de la segunda edición de la Superliga argentina: la coronación de Boca como bicampeón en La Plata y los descensos fueron un termómetro justo antes del Mundial de Rusia.

Con la temporada finalizada, se buscó potenciar la cartera de socios comerciales y sponsors de Superliga en un contexto de fuerte devaluación e incertidumbre económica para el país.

Con el correr del tiempo se fueron incorporando y sumando nuevos negocios vinculados al fútbol de primera división como la E-League, que fue lanzada en diciembre y empezará a disputarse con los primeros días de 2019.

Sin embargo, las discusiones se multiplicaron en el segundo semestre del año al punto que un intercambio fuerte de opiniones entre Pascual Caiella y Alejandro Nadur terminó con una denuncia, un hecho inédito en la política del fútbol argentino.

La búsqueda de la renegociación de los contratos de TV y la instalación de la Copa de la Liga tomó mucho tiempo hasta su aprobación final, para su disputa a continuación de la presente Superliga.

La negociación con AFA por la reestructuración de los torneos también ocupó gran parte de la agenda de este año, y se establecieron desafíos para el año próximo. Lograr que los clubes no incorporen si no tienen a su plantel al día es una obsesión de la entente Superliga-AFA-Agremiados con una resolución conjunta casi para la Navidad que marcó la cancha.

Por último, la discusiones por calendario con Conmebol en el segundo semestre del año y con un punto álgido en la final de Copa Libertadores entre Boca y River, sentó precedentes para lo que viene.

En la sede de Puerto Madero dicen que no volverán a cometer los mismos errores y que los asteriscos de postergados no se repetirán en los años venideros. Para el verano se empezó a cumplir porque Superliga estableció fechas de recuperación y tiró por la borda la posibilidad del emblemático Superclásico en Mar del Plata.

Mucho por hacer para el tercer año de vida de una entidad que además busca no tensar su relación buena con AFA, marcada por la buena relación entre sus dos presidentes.