Independiente sufrió una derrota de esas que no se olvidan frente a Riestra, el equipo que llegó a la máxima categoría desde las divisiones menores del fútbol argentino y se llevó un éxito que no olvidará jamás.

La caída por la mínima ante el “Malevo” fue mucho más que un traspié para Carlos Tevez y sus dirigidos, que nunca hicieron pie en el partido ni pudieron revalidar las muestras de optimismo que había dejado el empate con River de la fecha pasada.

Ningún jugador realizó declaraciones luego del partido. Pero lo más llamativo es que el propio “Apache”, quien rara vez elude el contacto con el periodismo, levantó la habitual conferencia de prensa y tampoco ofreció declaraciones. 

Su malestar se pudo comprobar en varios pasajes del partido y también lo demostró con hechos: a los 30 minutos de juego realizó dos variantes para enderezar un rumbo que veía muy torcido.

Un triunfo en el Bajo Flores hubiera sido clave para afirmarse en la punta de la Zona A con sólo tres partidos por delante para el cierre de la etapa regular. Por eso la decepción ante lo que muchos medios partidarios catalogaron como "papelón" hizo que se produjera (según trascendió) un cónclave de autocrítica dentro del vestuario tras lo cual los jugadores se retiraron todos juntos del estadio Guillermo Laza.

A pesar de que por un momento se pensó que mañana habría entrenamiento, Tevez terminó por ratificar lo planificado: fin de semana libre y vuelta al trabajo el lunes, ya con la cabeza puesta en Atlético Tucumán.