En la previa a cada fecha del torneo de Liga Profesional, la organización lleva a cabo una conferencia de prensa con un representante de cada institución para los periodistas. Por supuesto, en la semana del Superclásico, era un momento esperado, pero debido a la decisión de Marcelo Gallardo de no permitir que alguno de sus jugadores asista, la misma debió suspenderse y generó diversos roces internos y externos.

Dentro del "mundo River" la dicotomía fue clara: los dirigentes "millonarios" querían que se realice y hasta le habían prometido a la LPF que asistirían. La resolución por parte de Gallardo no gustó para nada en el seno de la mesa chica y, si bien no hubo planteos públicos, puertas para adentro generó diferencias entre los propios dirigentes. 

Desde la organización también pusieron sus quejas e intentaron hasta último momento torcer la decisión, pero no hubo manera. Rápidamente, se notificó esta determinación a Boca, que ya tenía en sus planes llevar a uno de sus referentes: Marcos Rojo.