Javier Sanguinetti, ex entrenador de Banfield, rompió el silencio y le respondió a Julio César Falcioni. El actual director técnico había explicado que la relación entre ambos se rompió en 2020 y que habían cosas que él no olvida. Sin embargo, hay nuevos detalles que constatan el inicio del conflicto.

"Cuando hablé con él para volver en 2019, hacía cuatro años me había independizado de Julio. Me llama por septiembre, cuando Crespo se va del club y me pide acompañarlo en el último baile", aseguró Archu. Y agregó: “A nadie le gusta que su apellido salga manchado”.

A su vez, afirmó que su deseo era dirigir al Taladro: "En ese momento, tenía un cuerpo técnico armado, con el que venía trabajando en Paraguay. Gracias a su generosidad, me dijeron que no le podía decir que no a Banfield. Esta era una opción válida. Le dije que lo acompañaba porque era Banfield y que después, pase lo que pase, no iba a continuar".

Sanguinetti confesó que en plena pandemia -2020-, el club decidió darle la oportunidad de ser técnico, pero alguien se opuso: "Falcioni no aceptó eso. Pretendía tener a un tercero, que estaba afuera del club. No quería aceptar la condición de ser director deportivo si yo iba a ser el entrenador. Cuando me lo comunican, me sorprendió muchísimo. Lo llamé, le pedí su excusa. Me dijo que tenía que ir a dirigir un equipo antes de que yo fuese entrenador del club. Se había olvidado que yo hacía cuatro años había iniciado la carrera en Paraguay. Ahí fue el primer cimbronazo. Lo llamé para hacerle cambiar la opinión. Le pedí que revea su situación".

"No me olvido de lo que me dio, pero todo tiene un límite. Ahora, en un momento donde debería disfrutar y estar súper feliz en el lugar donde lo aman, referirse a mi persona y de esa manera no me parece correcto. Yo nunca tuve una actuación encubierta. Cuando me nombran director técnico no tenía cuerpo técnico. No es que estaba agazapado esperando que él se vaya. Esperaba un gesto suyo, como tuve yo", afirmó en TyC Sports.

Y cerró: "Está omitiendo, se está olvidando de algo o no está diciendo la verdad. Tengo muchísimos errores, pero si algo tengo es la frontalidad. Si me equivoco, voy y pido disculpas. Y si yo me hubiese equivocado, le hubiese pedido disculpas. No tengo por qué arrepentirme. Si está enojado porque no tomé la decisión que él quería, no es mi problema. Tengo la conciencia tranquila".