(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) La Comisión Directiva de River aprobó la Memoria y Balance del club del ejercicio 2018/2019. Más allá que salió aprobado por mayoría, los tres vocales por el casellismo, Ricardo Morato, Juan Nápoli y Luis Cejas votaron en contra. La reunión fue presidida por Jorge Brito, ante la ausencia de Rodolfo D'onofrio, en viaje rumbo a Zurich, Suiza. 

Los resultados del balance, al que tuvo acceso Doble Amarilla, arrojaron que durante el último ejercicio River tuvo un déficit operativo de $ 860 millones (al día de hoy unos u$s 13,6 millones). Con este déficit, el pasivo del club saltó hasta  $3.998.735.404 (es decir unos u$s 65 millones. Uno de los datos a tener en cuenta en este pasivo es el pasivo corriente, es decir las obligaciones exigibles en el plazo de un año, que ascienden a  $ 3.559 millones y para peor una gran parte vencen en el primer trimestre del actual ejercicio. En tanto, el pasivo no corriente es de $ 439 millones. Lo que puede observarse también es un crecimiento del activo de River que asciende a $5.073.203.577.

Según consta en el balance, el pasivo de River creció hasta casi los $4.000 millones, lo que arroja un número 86% superior al mismo ejercicio realizado para el período 2017-2018. Desde el club califican ese número como "esperable" dado el contexto actual de país, al que se le suman varios contratos que el club mantiene en dólares, sin tope y una inflación desatada. El problema de River parecer ser justamente el no haber podido poner tope a los contratos en dólares que, tal como pasó en el balance del año pasado, terminaron de encarecerse con una nueva devaluación.

Como ya contamos, de ese número, una porción muy grande ($3.559.325.429 millones) forman parte del "pasivo corriente", es decir, las obligaciones exigibles en menos de un año. El resto ($439.409.975 millones) constituye el "Pasivo no corriente" que son las deudas que el club debe saldar en plazos mayores a un año. 

En Núñez repiten que el balance es malo, pero que la situación no es alarmante. Es claro que River tiene un problema financiero más que económico, pero en este contexto de país no debería dajar de ser tomado como una luz naranja.

A la hora de explicar cómo van a bajar ese pasivo y revertir el déficit operativo para volver a tener superavit en el club explican que la clave está en los activos intangibles, es decir en la venta de sus jugadores. Los activos intangibles de River están valuados en $2.503.238.929, según la valuación contable. Ese valor, según se aclara en el mismo balance, es inferior al valor del mercado por lo que River aspira a resolver gran parte de su ahogo financiero desprendiéndose de dos o tres figuras por cerca de u$s 30 millones (es decir unos $1.900 millones).

En el balance, incluso, está escrito de forma clara el pensamiento del oficialismo: "El plantel de jugadores de Fútbol Profesional, incluido dentro del rubro “Activos intangibles”, ha sido valuado conforme a las normas contables vigentes según se indica en la Nota 1.4.d. La Asociación entiende que el valor de mercado es muy superior al valor contable registrado".

Resaltan que ese valor de mercado está fijado en moneda extranjera, y que así como la devaluación tiene mucho que ver en la suba fortísima del pasivo, también será "aliada" en este ítem, puesto que los dólares que ingresen valdrán mucho más en pesos gracias a la devaluación. Claro, si en River tienen razón se sabrá recién cuando se produzcan esas ventas. La pregunta es si ese dinero irá en su totalidad a la tesorería o si nuevamente se invertirá gran parte para reforzar al plantel de cara a la próxima temporada.

Lo concreto es que, en este ejercicio, River paga los platos rotos por haberse jugado a retener el plantel de cara a este año. Por supuesto, en lo deportivo, todo un éxito: Final de Copa Libertadores, chance de acceder a la final de la Copa Argentina y hoy, escolta en la Superliga. Además de la victoria en la Recopa. Pero, en lo económico, una de las causas del problema: el club sólo vendió en una suma cercana a u$s 15 millones al "Pity" Martínez a la MLS y, en el inicio del balance, había dejado ir a Marcelo Saracchi al RB Leipzig por una suma cercana a los u$s 13 millones. 

Una a favor que tendría River es el fuerte ingreso en dólares por la Copa Libertadores y el contrato comercial con la empresa Turkish. A las arcas del club deben entrar u$s1,7 millones por ganar las semifinales y al menos unos u$s6 millones más por ser finalista. Es decir que tiene para cobrar en premios, de acá a fin de año, al menos unos u$s 7.750.000. En caso de ser campeón River pasaría a cobrar u$s 12 millones en lugar de u$s 6 millones por lo que embolsaría en premios u$s 13.750.000. Además de generar la opción de cobrar los premios que otorga la FIFA por disputar el Mundial de Clubes y cobrar los "extras" que aportan Adidas y Turkish. También, el próximo ejercicio deberá contemplar los u$s 3,5 millones por año que pone la aerolínea turca por ser el main sponsor del club, para un contrato que empezó a regir en septiembre.  

Pero la cuestión de fondo es cuánto le queda al club de esos premios. Es sabido que el plantel y cuerpo técnico se reparte gran parte de lo recaudado, dejando quizás menos de 20% a la tesorería de River. Esto y la falta de topes a los contratos en dólares son quizás algunas de las concesiones que la dirigencia de River hizo y que hoy las paga con un mal balance.

Ante este panorama lo que hay que preguntarse es más de fondo. ¿Es correcto endeudarse y atravesar por embudos financieros para seguir manteniendo un plantel caro al que se le conceden gran parte de los premios a cambio de seguir teniendo un presente deportivo glorioso? Ese es el debate interno que puede venirse en el próximo año en River, debate que no se dio ayer en la reunión de Comisión directiva ya que, como lo dijo la oposición, "la cercanía de una nueva final de la Libertadores no lo permitía".