(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Juan Román Riquelme ya no juega, pero sigue siendo el que más entiende del juego. El ex "10" de Boca habló justo poco antes que el Xeneize se juegue la vida en la Copa Libertadores. En declaraciones a "No todo Pasa", el ídolo de Boca fue consultado sobre un futuro siendo directivo del club de la Ribera. Si bien no confirmó esta posibilidad, sí dejó en claro que sabe que cuenta con algo que no todos tienen: el cariño del hincha y socio de Boca: "El día que pierda una encuesta es porque la compraron", resumió el "10" pícaro.

La pregunta llegó cuando se dijo que Román tiene un 60% de la intención de voto de los socios Xeneizes. “El hincha de boca me quiere mucho y yo lo quiero mucho", contó. Sin embargo, aún no termina de lanzarse a la carrera política por ser el sucesor de Daniel Angelici: "El dia que quiera estar en el club es porque siento que estoy preparado y porque estoy convencido que lo voy a hacer bien".

Sobre este punto, el pasado 1 de Abril, "Doble Amarilla" contó de las ganas de Román de entrar pisando fuerte al aspecto dirigencial del Xeneize. Al respecto, este sitio pudo constatar que todo empezó en mayo de 2016, cuando Riquelme y Mauricio Macri se reunieron en la Quinta de Olivos. Allí, el Presidente de la Nación le manifestó sus ganas que vehiculice sus ganas de ser presidente de Boca pero por dentro de las filas macristas. Y Macri, incluso, tiró un nombre sobre la mesa: el del Ministro de Modernización, Andrés Ibarra. Esta fue la propuesta, a la que el "10" no respondió aún. Está mucho más claro quién será el rival. Se trata del Delfín de Daniel Angelici: Christian Gribaudo, actual secretario general del club y hasta un paso por detrás estaría el vicepresidente Royco Ferrari.

Pero Román no se cerró ninguna puerta. Mantuvo encuentros, él o su entorno, con los espacios de Jorge Amor AmealJosé BeraldiRoberto Digón y Víctor Santa María. Se podría decir que, como el crack valioso que fue, Riquelme se encuentra evaluando ofertas para ver a qué proyecto sumarse. El hecho de saber que cuenta con el beneplácito de la gente, sin hacer nada más de lo que ya hizo en la cancha, es un handicap que seduce a todo el arco político de Boca, sin distinción entre oficialismo y oposición.