En esta nueva AFA hay vicios de la anterior que ni siquiera se mantuvieron: se agravaron. Es el caso de la previsibilidad. Hoy la entidad madre le impide, con su parsimonia estructural, armar un calendario real y atractivo. No se prevée nada. De hecho, el descontrol se reflejó y llegó a su máxima expresión  el día que, a menos de 72 hs de disputarse los encuentros, las AFA cambió tres veces el horario de Estudiantes y Boca, hace un par de fechas. Aquella vez el hecho hasta repercutió en la logística de la Selección  Juvenil Sub 20, que debió recurrir hasta a un helicóptero para que sus jugadores pudieran llegar al vuelo de la delegación que viajaba a Seúl. Un papelón

Ahora, cuando las entidades, sobre todas las del interior, deben organizarses (sacar pasajes para sus traslados, alquilar hoteles, contratar los buses internos, etcétera), asoma el mismo problema: empezamos la semana y los clubes no saben en qué horario juegan. Algunos ni siquiera conocen el día. De hecho se han escuchado voces de quejas de dirigentes de San Lorenzo y de Racing porque aún no han recibido el informe oficial de los horarios. ¡Y eso que son de Capital y Gran Buenos Aires!!!! Al resto, que Dios los ayude.