No es solo Muniain: otros 3 refuerzos excéntricos que tuvo San Lorenzo
El español cambió Europa por Argentina y revolucionó la Liga Profesional. El repaso de otros casos similares.
La llegada de Iker Muniain a San Lorenzo revolucionó al fútbol argentino. No era común ver a un jugador europeo que eligiera jugar en nuestro país. El español no tardó en ganarse el corazón de los hinchas.
En la historia del fútbol argentino, la mayor cantidad de jugadores extranjeros llegaron desde Uruguay, Paraguay o Chile. En menor medida, desde Venezuela y Colombia. Y menos frecuente, desde Brasil. Todos países limítrofes. Muniain rompió con la tradición.
Tras jugar durante toda su carrera en el Athletic de Bilbao, el español no renovó su contrato y decidió probar suerte en Argentina. Había coqueteado con River, pero terminó firmando en el ‘Ciclón’. Así se sumó a otros refuerzos excéntricos que tuvo el club.
Felix Orode
Oriundo de Nigeria, jugaba en España cuando en 2009 le llegó la posibilidad de jugar en San Lorenzo. Su debut fue inolvidable. Entró en el clásico contra Huracán y le dio una asistencia a Juan Manuel Torres para sentenciar el triunfo 2-0.
A pesar de este gran comienzo en el equipo dirigido entonces por Diego Simeone, nunca pudo afirmarse en el equipo y se fue al año siguiente.
Javier Artero López
Antes de Muniain, había sido el último español en jugar en el fútbol argentino. Firmó para el ‘Ciclón’ en 1999 y llegaba con el currículum de compartir vestuario con Guti y Raúl en el Real Madrid.
No tuvo muchas oportunidades, ya que no tenía la mejor relación con el técnico Oscar Ruggeri. Jugó apenas 3 partidos, uno de ellos por la Copa Mercosur 1999.
Paulo Silas
El brasileño llegó en 1994 con mucha experiencia internacional en su espalda. Había jugado nada menos que dos mundiales con su Selección (México 1986 e Italia 1990) y había sido campeón de la Copa América 1989.
Tuvo un debut soñado al convertirle un gol a Boca. Permaneció en San Lorenzo durante tres temporadas, hasta que regresó a su país en 1997 para jugar en San Pablo. Hasta el día de hoy mantiene un gran cariño hacia el club de Boedo.