(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Roberto Mouzo es el jugador con más presencias en la historia de Boca. En total, jugó 426 partidos con la insignia azul y Oro: 396 por torneos domésticos y 30 en copas internacionales, durante los cuales ganó dos Copas Libertadores y la Primera Copa Intercontinental, en 1978, ante el Borussia Monchengladbach.

En declaraciones a "Súper Deportivo Radio, de Villa Trinidad", el ídolo Xeneize, manifestó: "Le agradezco a Boca, porque todavía nos están dando un subsidio y eso me ayuda mucho porque no me da para tirar manteca al techo. Perdí horarios, me fui aflojando", expresó.

En ese momento, llegó su confesión más cruda: "La muerte de mi mujer me afectó mucho, de repente me quedé sin nada y solo, y me llegué a sentir un jubilado joven. Tuve una depresión terrible, que casi me lleva a la muerte. Estuve a punto de suicidarme y me salvó un perro ovejero que yo tenía, más que un perro fue un compañero", relató, llorando. 

"Mis dos compañías, en esos momentos, eran mis perros. A mi mujer la conocí cuando tenía 14 años, fue toda una vida y se me fue muy joven con 51 años. Fue una lucha grande. Después que me salvaran la vida, mis perros, los tuve que sacrificar uno por viejo y otro por un problema en la cadera. Es algo que quería contar, lo tenía guardado, porque en su momento me costó mucho aceptarlo", subrayó el ex jugador de Boca, seguido de un hondo silencio.

"Fue un depresión terrible ¡Mamita! tuve 8 sesiones con la psicóloga. Recuerdo que fue un sábado a la noche, estaba solo mirando la televisión, Miraba una silla, miraba la otra y no encontraba a mi mujer (ya había fallecido). Mi señora se fue en mi mejor momento, donde estábamos disfrutando la vida y nuestros hijos. Me acuerdo que me empecé a dar manija, terminé de cenar con los perros y manoteé una cuchilla porque estaba decidido a suicidarme. Y uno de ellos me hizo un click en el momento justo, empezó a llorar y me hizo reaccionar. Fue bravo", aceptó Mouzo, contando algo que nunca había dicho.

"Yo no entendía nada, no sabía donde estaba, lo escuché llorar y es como que volví a reaccionar. No sabía que estaba haciendo. Me acuerdo que alcancé a besarlo todo al perro ovejero alemán. Ellos palpan y asimilan el estado animo de uno. Un perro no conoce de envidia ni de rencor...", aseguró sobre sus compañeros de 4 patas.

"Angelici me ofreció hacerme una estatua; ahora ya no está y no sé qué va a pasar. Cuando le hicieron el homenaje al Chapa (Suñé) me dijeron que me iban hacer la estatua. Ahora estoy esperando a ver si se hace realidad", expresó sobre esa posibilidad.

"Yo le pedí una cosa: que sea al lado del Chapa Suñé, que hay un lugarcito libre. Espero que me la hagan, porque esto es así, porque los salientes me la ofrecieron antes de las elecciones y usted vio como es esto. Yo jamás hice política, entonces me han pasado algunas cosas en Boca de dolor y no me parece que no estoy equivocado en pensar en tener la estatua. Yo entro por el hall de la Bombonera y miro: están las estatuas de Bianchi, Lorenzo, Suñé, Guillermo, Rattín, Ángel Clemente Rojas y digo: duele. Cuento con la mayor cantidad de partidos con esta camiseta y no la tengo. El otro que tiene que tener una estatua es Battaglia por la cantidad de títulos que consiguió. Si me confirman que me van hacer una estatua sería como volver a ganar un campeonato", puntualizó, entusiasmado.

También se refirió al regreso de Maradona a La Bombonera: "Sin dudas que estaría bueno que los compañeros que tuvo Diego en el '81 lo recibamos en la Bombonera, pero yo no recibí ningún llamado. Escuché que están invitados Caniggia y Brindisi... Me gustaría verlo a Diego en ese momento, hace mucho que no lo veo, estar ahí sería muy bueno, pero yo mucho no puedo hacer. Si no me invitan no me queda otra. Sería distinto que el diga quiero ver a la "Chancha", porque así me decía él. Darle una plaqueta a Diego como cuando le di la capitanía en el 81 sería hermoso, pero a mi no me llegó nada y tampoco puedo presentarme así porque sí. Me duele mucho no poder ver a Diego este sábado", aceptó.