(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Godoy Cruz presenta inconvenientes económicos en contexto de la pandemia del coronavirus y se decidió recortar hasta un 50% el salario de los trabajadores que facturan, pero aún no se tocó del plantel profesional. Un club rotulado para muchos como “modelo” que también empieza a tener problemas por la crisis.

Hay malestares en el club mendocino por las decisiones que se tomaron a raíz de la merma en los ingresos por la crisis económica y sanitaria que genera el coronavirus. Sin embargo, el enojo se genera por la forma en que se tomaron las decisiones y quiénes fueron los mayores perjudicados de esta pandemia.

Según el medio Los Andes, la institución tomó la decisión de reducir los salarios de los empleados que no están en relación de dependencia y que percibieron el mes de abril con una quita importante. Por un lado, se les recortó un 30% a los que prestan servicios en el predio de Alto Rendimiento de Coquimbito, mientras que a los que trabajan en la sede social ubicada en Balcarce 477, se les quitó hasta un 50%.

En el área de los afectados también sufren casi todos los entrenadores y preparadores físicos de Divisiones Inferiores (12 categorías entre AFA y Liga Mendocina), Infantiles (5 categorías) y Reserva, sumado a las otras actividades deportivas que se realizan en el club.

El enojo mayor viene a cuenta de que se tocó el sueldo de muchos trabajadores y trabajadoras que percibían un salario $6.000, como es el caso de Antonella Arcangeletti, ex integrande del Departamento de Prensa del club. “Siempre pusimos por delante el club y nuestro cariño por él. Pero ahora la situación es insostenible. Los empleados (o quienes le facturamos) del club fuimos notificados de un 30% de rebaja en nuestros ingresos”, expresó la ex empleada.

¿Y los jugadores? Aún no hubo ningún descuento para ellos, pero hay una situación tirante entre el plantel y la dirigencia. Esto tiene que ver con las últimas polémicas declaraciones de José Mansur, presidente del club, quién los acusó de que “no juegan por el escudo, sino por la plata”.

“Hay un tema corporativista de los jugadores que van a intentar tirar para atrás. Se dramatiza más de la cuenta”, dijo Mansur y agregó: “Los jugadores no juegan por el escudo, juegan por la plata y cuando les sale algo mejor se van”.

Este contexto de crisis y malestar se da en uno de los clubes a los que siempre se ponderó por ser ordenados económicamente. Es más, Mariano Elizondo, ex titular de Superliga, siempre destacó su control en las finanzas. Según el medio mendocino, el último balance que presentó la institución arrojó un superávit de $200 millones. Sin embargo, la crisis del coronavirus tampoco pasa desapercibida por el Tomba.