Es cada vez más repetitiva la situación de jugadores que se plantan ante una buena oferta personal, más allá de tener contrato con los clubes. Si bien es real que hay muchos a los que las instituciones les deben dinero, no deja de ser cierto que la conducta comienza a ser un patrón que preocupa dentro del seno del fútbol argentino. Ante esto, Doble Amarilla recopiló opiniones de varios dirigentes para analizar la situación.

Cristian Malaspina, presidente de Argentinos Juniors y vicepresidente de la Liga Profesional, cuenta que “los contratos y la legislación están hechas de tal manera que ante cualquier instancia siempre el club tiene la posición más débil, ya sea un primer contrato o renovaciones ante otras ofertas. Al tener los derechos solo mientras dure el contrato, el club queda de rehén siempre y últimamente el jugador respeta menos el contrato y presiona cada vez más para salir”.

Cristian D'Amico, una de las máximas autoridades de Newell´s, hace especial hincapié en la situación económica y cambiaria de la Argentina. “Hace mucho que esto existe, pero lo que hoy lo hace que sea más problemático es la situación con respecto a la moneda. Hoy en casi cualquier fútbol organizado del mundo, al haber más del 80% de diferencia de brecha cambiaria, puede competir con claras ventajas contra nuestro fútbol.  Eso hace que el jugador se sienta tentado de irse del país a ganar dólar billete y que lo que antes solo les pasaba a los clubes más chicos, hoy le esté pasando a los grandes del fútbol argentino. Quizás hace 15 años, solo una gran figura de nuestro fútbol, tentado por un grande del fútbol europeo, podía generar esta situación”, explica.

A su vez, cuenta que en la Lepra “no hemos tenido tantos inconvenientes. Primero por el sentido de pertenencia que tienen los jugadores nacidos en nuestra cantera y por otro lado porque la vidriera de jugar en un equipo con tanta repercusión como Newell´s genera en los jugadores una cierta expectativa a futuro de una transferencia más importante. Pese a todos estos atenuantes, somos conscientes de que, si los problemas económicos y cambiarios se siguen profundizando en nuestro país, cada vez van a ser más frecuentes estas situaciones”.

José Lemme, presidente de Defensa y Justicia y con muchos años en el fútbol local, profundiza en lo económico para explicar el por qué del ascenso de estas situaciones. “Hoy cualquier vecino le paga entre u$s 5 mil y u$s 10 mil a cualquier jugador de cualquier categoría y es una fortuna. Acá es casi imposible que los clubes chicos paguen eso y el que lo hace... así queda. Claramente estamos desprotegidos y utilizamos el ingenio como para traer valores y no quedar fuera de foco, pero la verdad que estamos en una situación bastante complicada”.

Carlos Rosales, uno de los máximos responsables del fútbol profesional de San Lorenzo, viene de vivir una situación de este calibre con Juan Ramírez y asegura que “tiene mucho que ver con acciones que van armando los representantes, pasa ya hasta a nivel nacional. Hoy más que en otro momento tienen mucha injerencia sobre los jugadores y muchas veces les hacen tomar decisiones equivocadas, pero esto ya no es externo. Nadie puede obligar a un jugador a estar en un club donde ya no quiere, pero hay un modus operandi últimamente que evidentemente no corresponde”.

El vicepresidente de Atlético Tucumán, Enrique Salvatierra, abre el mapa hacia las jóvenes promesas y plantea una mirada distinta, más hacia el interior de país, aunque con algunas similitudes con sus pares. “Esto no pasa solamente con el exterior, ya está pasando a nivel local muchas veces. Porque si vos tenés un pibe que la rompe y juega bien, recibe una oferta de un grande y también se planta. Tiene que ver con muchas cuestiones", marca.

Entre los factores, subraya el sentido de pertenencia, el inicio de las carreras y el rol de los agentes o los diferentes empresarios que dan vueltas en el mundo del fútbol. "Hoy los pibes piensan en cuándo firman contrato apenas empiezan a jugar y en cuánto van a ganar. En este mareo, entran los representantes. Antes no había tantos y hoy cualquiera tiene un carnet FIFA. Les dicen que los ofrecen en todos lados y les llenan la cabeza. Quizá les vuelan la cabeza, les pintan un mundo que no es. Hay chicos que juegan en Primera y ganan $50 mil y aparece alguna persona que le dice que le puede conseguir un contrato de u$s 10 mil y ya te empiezan a pedir cualquier cosa", señala. Y termina: "Sinceramente, es mucho el esfuerzo que se hace en los clubes chicos desde lo económico, a pesar de que nosotros seamos un grande del interior”.

Un nombre importante de la dirigencia es, sin dudas, Nicolás Russo. Hombre con mucha historia en el fútbol argentino, asegura que cuando esto pasa, no queda otra que vender. Siempre a un precio acorde, claro. “La realidad del fútbol argentino no escapa a lo que pasa en el país. Quizá en Europa o Sudamérica aparecen opciones donde pueden ganar 10 veces lo que ganan acá por la situación que vivimos, pero esto fue así toda la vida. Cuando el jugador recibe una propuesta tentadora, hay que venderlo y siempre sacar la mejor propuesta para el club”, expresa.

Asimismo, el vicepresidente de Rosario Central, Ricardo Carloni, habla de entender las situaciones personales de los jugadores. Pero siempre hay una prioridad: defender el patrimonio del club. “Uno entiende la visión del futbolista, pero tiene que tener una mirada institucional y defender el patrimonio. Es algo que ahora se ve mucho más, viene en crecimiento y lo estamos hablando entre todos los dirigentes. Cuando un jugador se planta y no quiere entrenar, parece que los malos son los dirigentes. Y en realidad tratamos de defender el patrimonio”, indica.

Para finalizar, analiza la situación Víctor Blanco, presidente de Racing. De importante trayectoria en el fútbol nacional, resume las varias situaciones que llevan a las instituciones a estar desprotegidas. “Los contratos están para cumplirlos de ambos lados, estar al día en sus salarios y demás. Está en cada club ver cada caso puntualmente. Son varios los motivos que llevan a estar más protegidos o no"señala.

"El vencimiento cercano de un contrato, el valor del jugador que se descapitaliza si queda libre. Los clubes tienen los derechos de no dejarlos salir evaluando costo y beneficio a futuro", expresa.

Y concluye: "Es muy importante la relación con el jugador, para ir logrando un esfuerzo compartido de ambas partes y que no se llegue a este tipo de situaciones. La más extrema. El club está en su derecho de no venderlo y hacerle cumplir el contrato, cumpliendo mutuamente el convenio”.