(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Jonathan Herrera es el jugador al que verdaderamente se le puede decir que tiene experiencia. De menor a mayor, el jugador llegó progresivamente a ser parte de la Superliga. De goleador en todas las categorías del ascenso, a tener un lugar en Central Córdoba y también convertir goles. 'Doble Amarilla' dialogó con el jugador para contarnos las sensaciones de haber convertido goles en todas las categorías del fútbol argentino.

Doble Amarilla: Hizo goles en todas las categorías ¿Como lo toma y que recuerdos le trae después de haber empezado bien de abajo?

Jonathan Herrera: Empecé mi carrera ya de grande, a los 17 años, en Centro Español. Me acuerdo que mi primer sueldo era de $200 en 2009. Fui goleador en la D, me llamó Riestra y eso hizo que mejore en lo económico también. Luego, otra vez goleador en la C, después en la B y ya de ahí pasé a Venezuela. Después tuve mi vuelta a Riestra en la B Nacional, aunque tuvo la sanción y no se mantuvo. De allí pasé a Ferro, donde también pude ser el goleador del equipo. 

DA: ¿Que hacía con esos $200? ¿Tenía que tener otro trabajo además de jugar?

JH: La historia es así: mi mejor amigo es Gonzalo Bravo, de Deportivo Riestra. Un día me dice “vamos a probarnos” y yo le dije que si. Laburaba en un fábrica que hacia caños para colgar las ventanas y allí fuimos, por suerte quedamos y mi carrera arrancó así. En una práctica fueron los de primera a ver los de inferiores y me eligieron sólo a mi, ahí me empezaron a pagar esos viáticos. Con esa plata que me daban, yo me acuerdo que llegué a casa y mi vieja estaba lavando y yo se los quise dar y ella me dijo “no, eso es todo tuyo” pero la verdad que yo esto se lo debo a mi familia porque sin ellos yo no estaría donde estoy.

DA: Y con el primer sueldo grande, ¿que hizo?

JH: El primero sueldo bueno fue en Riestra, ahí ya ayudaba mucho a mi mamá pero tampoco me dejaba mucho, porque yo ya tenía a mi hija, aunque yo lo hacía igual. Comíamos juntos y todo. Gracias a Dios de ese sueldo mucho no tocaba, porque nos pagaban por goles y asistencias, así que esos premios me ayudaban.

DA; Pero usted siempre tratando de ayudar a su mamá...

JH: Obvio, a mi con mis viejos me separaba una pieza, porque al lado estaban haciendo una casa y recuerdo que yo les golpeaba la ventana, les decía “buen día” y ellos me daban cinco pesos para viajar en tren. Yo soy de Ituzaingó, entonces viajaba en colectivo, después me tomaba el tren hasta Morón y de ahí otro colectivo de una hora y media para ir a entrenar a Catán Siempre con mi mejor amigo, entonces esos cinco pesos siempre se los recuerdo a mi vieja.

DA: Habló de Venezuela ¿cómo fue jugar allí y en que etapa encontró al país?

JH: Yo fui en el 2017 y justo empezaba todo el lío, mi nena tenía cinco años y mi mujer estaba embarazada. La verdad que la pasamos muy mal, y eso que recién empezaba.
Yo estaba en pleno centro de Caracas, a media cuadra de la autopista donde sucedía todo. Tiraban gas lacrimógeno como loco. A veces ocurría que estaba en la concentración, y mi señora me mandaba avisos que estaba encerrada en el baño con la nena y ella embarazada, que no podía salir porque había olor.

DA: ¿Cómo hizo para tranquilizar a tu familia?

JH: Cuando faltaba un mes y medio le dije que se vuelva, que me la tenia que banca yo solo y se vinieron. A pesar de que no quería. Además no hay medicina, no hay nada.
Yo salía a las 7 de la mañana y las 11.30 ya estaba en casa, compraba algo para comer y a las 13 empezaba el caos hasta las 18. Ahí ya se hacia de noche y ya no podes salir porque es muy peligroso el país. Me cansé de todo eso, a veces no se podía ir a entrenar ni nada.

DA: ¿Y no hay policías que controlen la situación?

 JH: Allá los policías no se fijan y le disparan a cualquiera. Recuerdo que una vez en un noticiero, salió la noticia de una chica que volvía de trabajar a las siete de la tarde, y murió de un balazo. Ese es el país de Maduro.

DA; Después de todo esto que pasó y que cuenta ¿cuanto disfruta este presente de jugar en primera división y que le genera?

JH: Una alegría enorme, llegar tan lejos es increíble pero yo soy un tipo que siempre quiere mas y voy a seguir luchando. La verdad es que soy fanático de River y mi sueño es jugar ahí así que espero lograrlo con mucho esfuerzo y trabajo pero todo esto se lo debo a mi familia, sin ellos no seria lo que soy.