Barracas Central alcanzó esta noche los 16avos. de final de la Copa Argentina, instancia en la que se enfrentará a Boca Juniors, tras vencer a Estudiantes de Buenos Aires en el quinto minuto de descuento por 1-0 con un golazo de tiro libre de Rodrigo Insúa, que emuló la precisión en la pegada de su padre Rubén Darío, actual entrenador de San Lorenzo.

El partido fue tan equilibrado como tedioso de principio a fin, con pocas llegadas a los arcos y una paridad manifiesta que no denotó en momento alguno la diferencia de categoría entre un equipo de la Liga Profesional y otro de la Primera Nacional.

Barracas está decimonoveno en el campeonato de la Liga Profesional, más cerca de la zona de descenso que de la clasificación a la Copa Sudamericana del año próximo.

Por su parte Estudiantes se ubica octavo en la Zona A del torneo de la Primera Nacional y por el momento está atrapando el último lugar abierto a la reclasificación por el segundo ascenso a la Liga Profesional.

En ese marco de las actualidades de ambos conjuntos se desarrolló un partido que conducía directamente a los penales, y sobre todo cuando ya habían transcurrido cinco de los seis minutos de descuento que había otorgado el árbitro Fernando Echenique y cobró una falta sobre el sector derecho, a unos cinco metros del área estudiantil.

El encargado de la ejecución era el capitán Iván Tapia pero Insúa se lo pidió y el hijo del presidente de AFA se lo concedió, para que el zurdazo del hijo del técnico de San Lorenzo se metiera junto al palo del mismo lado del arco defendido por Lautaro Amadé, que alcanzó a manotear el balón pero no pudo impedir la conquista.

Y entonces se desató la algarabía de los hinchas del "Guapo" en el estadio de Platense, mientras la decepción ganó a los de Caseros, que soñaban con un cruce frente a Boca Juniors, nada menos, en la próxima instancia, algo de lo que "disfrutará" el albirrojo de Barracas.