(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Ya había pasado el año anterior, cuando Ariel Holan dirigía en Florencio Varela. El actual entrenador de Independiente eligió el perfil bajo aquella vez. Pero, en el fútbol, todo se sabe. En Defensa los roces entre los que “cortan el bacalao” y los entrenadores son habituales. Acto seguido, ya en el Rojo, el DT rompió filas definitivamente con Christian Bragarnik. Es que los últimos tiempos en Defensa agrietaron una relación que estaba fuerte. Y todos tuvieron su cuota de responsabilidad. 

Quienes han transitado los pasillos de Florencio Varela o los espacios al exterior de Bosques, saben que José Lemme es un fiel discípulo de Julio Grondona. A imagen y semejanza, lleva adelante un estilo catalogado como de “patrón de estancia”. Todo pasa por él, todo lo decide él y casi que el papel de la Comisión Directiva ha quedado reducido al extremo. Para el armado del plantel y apoyarse en las decisiones futbolísticas hace algunos años el elegido fue Christian Bragarnik, el hombre que pone huevos en varias canastas. Godoy Cruz y Defensa son sus banderas; Almirón y Cocca sus entrenadores fetiches. Centenas de jugadores bajo su ala, hacen que el poder sea tan grande como la necesidad de que jueguen, sumen minutos y sus cotizaciones suban para seguir haciendo crecer al pulpo. 

Lo cierto es que el combo es completo pero nada puede fallar. Y, según indican fuentes cercanas, en Defensa, algo falló. Así como con Holan hubo roces en Defensa y todo se terminó de cortar cuando en Independiente el DT no tuvo miramientos para dar de baja a algunos representados por quien muchos indicaban como su propio representante, en Defensa y Justicia, Nelson Vivas no toleró la “sugerencia de la Comisión Directiva”. Ese cuerpo dirigencial, no existe como tal. En fútbol todo lo ven de afuera. El eterno Mario Pepe, representante del Halcón en AFA es el asistente ideal de Lemme. Pepe vive día a día en AFA y no permite que ningún dirigente varelista se acerque. 

El poder de Lemme y la influencia de Bragarnik, hacen el resto. Vivas no lo aceptó. “A Vivas le molestó que le preguntáramos por la situación de algunos jugadores”, dijo Lemme. “Nos vamos por una cuestión de dignidad”, apuntan desde el seno del grupo de trabajo de Vivas. El diálogo, la situación y lo que pasó no dista demasiado de lo que todos en Varela saben: el estilo de Don Julio y la billetera del gerenciador son demasiado para algunos entrenadores. Algunos, lo soportan. Otros, como Vivas, plantan bandera y se van. Así, ¿quién se animará a tomar ese equipo?  ¿Alguien le pondrá freno al accionar de Lemme y Bragarnik antes de que sea demasiado tarde para Defensa y Justicia?