El partido entre River y Racing tuvo severos inconvenientes en los accesos. Si bien el club había pedido que los simpatizantes se acerquen temprano al estadio para evitar problemas, los controles demoraron. Hubo caos y represión por parte de la policía. Finalmente, muchos hinchas quedaron afuera del Monumental.

Lo que debía ser previa de una fiesta terminó en forcejeos y corridas cuando la hora del partido se acercaba y muchos simpatizantes continuaban en las afueras del estadio. A las 21:30, se decidió liberar molinetes y aficionados saltaron sobre ellos o por debajo. Los problemas en ingresos, la tensión y desazón de hinchas que decidieron retirarse de las adyacencias se expresó en redes sociales, tras no poder ingresar al partido del campeonato.

Fueron muchos los socios que terminaron afuera de la cancha y debieron observar el encuentro consagratorio en otro sitio. El Monumental, eso sí, estuvo a reventar para el choque con la Academia.