"Fútbol y política son dos conceptos indisociables, el fútbol es política porque es un acto social. A partir de aquí, cualquier movimiento futbolístico, un fichaje, un partido o lo que sea, tiene una trascendencia política", dijo alguna vez Carles Viñas, doctor en Historia y autor de "Fútbol en el País de los Soviets" y "Sankt Pauli". Y no se equivoca. Es una mezcla más homogénea de lo que uno cree.

Desde el retorno de la democracia, todos y cada uno de los mandatarios que gobernaron nuestro país tuvieron, de una u otra manera, vinculación con el mundo de la pelota. Incluso, uno de ellos, salió del seno de un club de Primera División. Raúl Alfonsín, Carlos Saúl Menem, Fernando De la Rúa, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Mauricio Macri y Alberto Fernández, los protagonistas de este breve repaso por la historia. 

Estos ocho mandatarios tienen un denominador común: Diego Armando Maradona. La vida política de Diego en Argentina fue un tanto controvertida. En su afán de emisario, fue capaz de estrechar manos y dar abrazos a gran parte de los presidentes de nuestro país desde la vuelta de la democracia. En 1979, tuvo el desagrado de compartir el trofeo del Mundial Juvenil con Jorge Rafael Videla, el despreciable presidente de facto de la última dictadura cívico-militar. Después, en 1986, restablecido el sistema democrático y con más años en el lomo, compartió la Copa del Mundo con el propio Raúl Alfonsín.

Pasado el gobierno radical, elogiado por su política de Derechos Humanos pero fuertemente cuestionado por una inflación que no tenía techo, llegó el momento de un peronismo entregado al Consenso de Washington, representado por el recientemente fallecido Carlos Saúl Menem. Maradona, al igual que cientos de artistas -el propio Charly García, sin ir más lejos-, le dieron crédito al riojano con su proceso tan modernizador como neoliberal. Y siguiendo con ese proceso hasta el estallido de la crisis del 2001, llegó a fotografiarse con el propio Fernando de la Rúa, pasada su última etapa en Boca y a dos años de irse a Cuba para tratar su adicción a las drogas.

A pesar de su fascinación por Ernesto 'Che' Guevara y su sangre “castrista”, Diego empezó a sentir cercanía con el gobierno de Néstor Kirchner, heredero de un Eduardo Duhalde con el que el Diez tenía una pésima relación. “Si lo veo a Duhalde en el desierto, le tiro una anchoa”, lanzó contra el ex presidente por una causa de 1999 que involucraba a su amigo Guillermo Coppola.

Llegado el 2003, Pelusa tuvo varios encuentros con Néstor y Cristina Kirchner. A su vez, públicamente lanzó una gran cantidad de mensajes elogiosos. Eso sin mencionar la innumerable cantidad de veces que cantó la marcha peronista. 

A pesar de las críticas que recibió la actual vicepresidenta, Maradona siempre se mostró fiel. En 2015, dejaba la presidencia para que ocupe el lugar Mauricio Macri, otra figura política con la que Diego tuvo problemas. Los tuvo en Boca por dinero -al igual que con Juan Román Riquelme- y lo trasladó al terreno personal. “Decirle a Macri, que me haga lo que me haga, voy a ser cristinista hasta los huevos. Acordémosnos, ya nos viene robando desde Franco Macri, no desde Mauricio”, lanzó en 2016, en pleno apogeo macrista.

Durante sus últimos años de vida, sin ir más lejos, le rogó a Alberto Fernández -con quien tuvo una excelente relación- y al Gobierno la aprobación del impuesto a las grandes fortunas para ayudar a los que menos tienen. 

El actual presidente de la Nación tiene un gran espíritu futbolero. Reconocido hincha de Argentinos Juniors, hizo lo posible para mantener su espíritu y pasión más viva que nunca. Incluso, en medio de su mandato, y en plena pandemia, tuvo la triste tarea de organizar el velorio del astro argentino, aquel 25 de noviembre del 2020. 

En los últimos días, en su visita a la ciudad de Mar de Ajó, sorprendió a todos los turistas y bajó a la playa para atajar penales luego de participar de un acto del Gobierno. Luego de esta visita, el Jefe de Estado mantuvo un encuentro con una veintena de representantes de empresas turísticas y almorzó con Kicillof y los intendentes oficialistas que pertenecen al partido costero. 

Sin embargo, lo que se hizo viral en redes sociales fue que el Presidente tuvo tiempo para bajar a una de las playas y desafiar a varios turistas para atajar penales.

Tweet de Alberto Fernández

Cabe recordar que a fines de Diciembre, el mandatario nacional recibió en la Casa Rosada a Luis Segura, ex Presidente de Argentinos Juniors y un amigo del Jefe de Estado, que le regaló el buzo verde con el que en 1981 Mario Alles le atajó el penal a Eduardo Delgado. Ese tiro desde los doce pasos fue clave en el recordado triunfo ante San Lorenzo, en el que el Bicho se salvó del descenso y los cuervos perdieron la categoría.

Tweet de Alberto Fernández

La actual vicepresidenta nunca ocultó su amor por Gimnasia y Esgrima La Plata. Pasional, Maradoniana, aunque no muy futbolera, mantuvo (y mantiene) una estrecha vinculación con el fútbol. Inclusive, durante su mandato, se instaló el "Fútbol para Todos", medida por la cual se podían visualizar los partidos del fútbol argentino de manera abierta y gratuita.

Una política que se busca revivir en el corto plazo, de la mano del Senador Oscar Parrilli, quien, con el aval de todo el Bloque de Senadores del Frente de Todos, presentó un proyecto de ley que plantea la vuelta del 'Futbol para Todos' en un formato que declara "de interés general' el torneo local y pide por la televisación de al menos el 30% de los partidos por la TV Pública.

Argentina, un país con tradición futbolera: la vinculación de los últimos presidentes con el deporte

Ese mismo "Fútbol para Todos" que Mauricio Macri se encargó de desarticular cuando llegó al poder. Surgido del seno de Boca Juniors, gobernó entre 2015-2019, siendo el único presidente que no logró ser reelecto.

A pesar de haber ratificado la continuidad del programa en la campaña presidencial, el líder del PRO confesó tiempo después que “había tenido que realizar malabares para hablar sobre el tema, a pesar de que sabía que la situación fiscal del Estado argentino no daba en absoluto para seguir subsidiando el fútbol profesional. En las primeras semanas de gestión, encima, vinieron a verme los dirigentes del fútbol y me dijeron que la plata no les alcanzaba, que necesitaban el doble. Esa situación, siento ahora, reflejaba bien los dilemas que tuve que enfrentar en aquel momento: una situación insostenible e indefendible, pero con aprobación popular, mediática y política, combinada con actores que no sólo no querían reformarse sino que buscaban multiplicar su acceso a la caja del Estado”. 

Fue durante su Gobierno que se volvió a poner en debate el modelo de Sociedades Anónimas Deportivas. El mismo Macri elogió a Fernando Marín, el ex gerenciador de Racing que comandó la transición hacia el fútbol pago, como “de extensa trayectoria en los medios de comunicación y un paso destacado por la dirigencia del fútbol”.

Otro de los presidentes que nunca ocultó su amor por un club fue Néstor Kirchner. Construyó su pasión por el fútbol en su Río Gallegos natal, donde se hizo un fanático de Racing Club, amor que heredó de su padre y le transmitió a su hijo Máximo. 

Un hombre de mil historias, entre chicanas y sonrisas, irrumpió un día en el entrenamiento de Racing para cumplir su promesa y pagar el premio que le había prometido al entrenador Caruso Lombardi tras la goleada 3-0 a Boca.

Descendió en el verde césped del Cilindro con su helicóptero personal y entregó los cuatro televisores LCD de 40 pulgadas, los cuales fueron sorteados entre el plantel y se los llevaron Lucas Aveldaño, Claudio Yacob, José Chatruc y “Tito” Ramírez.

Nestor Kirchner visita a Caruso Lombardi y al plantel de Racing Club - DiFilm 2009

Otro de los innumerables recuerdos, protagonizados por el ex presidente Kirchner, tuvo lugar durante una cumbre de jefes de Estado del Mercosur, en junio del 2005 en Asunción. Él, junto a su vocero, Miguel Núñez (también 'fana' de Racing) se encerraron en una habitación del hotel para ver Racing-Lanús. Al funcionario le explotaba el teléfono: había una cena con sus pares latinoamericanos y faltaba Néstor.

"Esperen, está atendiendo unos asuntos de Buenos Aires", advirtió Núñez. "Deciles que tenemos un quilombo", sugirió Kirchner, según reconstruyó Tiempo Argentino en una nota. Una vez que llegaron a la cena, Hugo Chávez y Lula Da Silva le consultaron sobre los “quilombos” en Argentina. “No pasó nada, este no me dejaba salir porque estaba jugando Racing”, confesó Néstor mientras señalaba a Núñez. “¿Y cómo salimos?”, preguntó Lula. “Ganamos 2 a 0”, respondió el vocero entre risas.

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Eduardo Duhalde fue quien se hizo cargo del país cuando se coreaba el famoso “que se vayan todos”. Fue Intendente de Lomas de Zamora, Diputado Nacional, Vicepresidente de Menem, Gobernador de Buenos Aires y, posteriormente, Presidente de la Nación en 2002. Además, reconocido hincha de Banfield. Tal es así que, en las últimas elecciones, asistió a los comicios. 

El ex presidente fue uno más de los 3.500 socios que participaron de los comicios para elegir a la nueva comisión directiva del Taladro, aunque lo que llamó la atención entre los presentes fue su look tan particular...

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Fernando De la Rúa tuvo fuertes vínculos con el fútbol en su corto tiempo como presidente. Una de sus frases célebres lo involucró directamente con la redonda y nunca ocultó su fanatismo por Boca.

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Cuando aún se desempeñaba como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y se candidateaba por la Alianza, Antonio Cafiero le dijo: "No hay nada más aburrido que un domingo de lluvia, sin fútbol y con De la Rúa como presidente". De allí nació el "dicen que soy aburrido".

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Una vez en la presidencia, De La Rúa disfrutó de la consagración de su querido Boca en la Copa Intercontinental del 2000 ante el Real Madrid. "Todos los argentinos lo festejamos, seamos del club que seamos", afirmó, y a la vuelta de Japón visitó al plantel dirigido por Carlos Bianchi en la concentración.

Sin embargo, un año después, la derrota de Boca ante el Bayern Múnich fue contemporánea a su caída en el Gobierno, la cual llegó a su fin con la inmortalizada imagen de la partida en helicóptero aquel 21 de diciembre del 2001. 

Carlos Menem fue otro de los líderes del país que mantuvo un estrecho vínculo con el fútbol y el deporte en general. En diversas ocasiones, participó de eventos deportivos, donde no faltó su foto con Maradona y su pasión por River.

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"Hoy quiero saludar al ex presidente, con el que comparto la misma pasión”, fueron las palabras de Rodolfo D'Onofrio cuando fue internado en los últimos meses. Además, su amor por el 'Millo' se los transmitió a su hija.

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Y continuando con el abanico de equipos de los cuáles fueron hinchas los ex presidentes, no podía faltar Independiente. Raúl Alfonsín era hincha del 'Rojo'. Durante su presidencia (del 10 de diciembre del 83 al 8 de julio del 89), el equipo de Bochini y Pastoriza jugó y ganó la final Intercontinental contra el Liverpool inglés en Tokio. Este encuentro tuvo lugar en 1984, dos años después de la guerra de Malvinas. Y, vaya paradoja, era el primer enfrentamiento deportivo entre argentinos e ingleses tras el conflicto bélico.

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El otro choque deportivo entre ambos países ocurrió en el Mundial de México, el 22 de junio de 1986, cuando la Selección Argentina venció 2 a 1 con los dos goles históricos de Maradona. Aquella Copa del Mundo que se terminó quedando en manos del combinado nacional.  

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Sin embargo, la relación entre el CT encabezado por Bilardo y el gobierno alfonsinista, no era la mejor. El técnico reconoció que, desde el seno del radical, lo querían despedir. Esto ocurrió a partir de que el entonces secretario de Deporte, Rodolfo O’Reilly, dijo públicamente que el equipo no andaba. 

Por otro lado, el período presidencial de Alfonsín estuvo también marcado por un aumento de violencia en las canchas de fútbol, lo que se incrementó notablemente desde el retorno a la democracia. 

Lo cierto es que, desde aquel 10 de diciembre del 1983 hasta la actualidad, todos y cada uno de los Jefes de Estado mantuvieron una estrecha relación con el deporte más popular de todos. Porque, aunque quieran ocultar esta sinergia, la vinculación entre el fútbol y la política es innegable