A mediados de 1994, la dirigencia de River hizo dos apuestas fuertes. En primer lugar le dio la oportunidad a Américo Rubén Gallego para que tenga su primera experiencia al mando de un plantel. En segunda instancia, los dirigentes del Millonario decidieron repatriar a Enzo Francescoli.

Con la llegada del uruguayo River consiguió un salto de calidad. Francescoli fue el toque de distinción que le faltaba a la sólida estructura ideada por Daniel Passarella y seguida por Gallego. A su vez, el “Tolo” confió en varios jugadores jóvenes que con el correr de los partidos se afianzaron en Primera. Ariel Ortega, Marcelo Gallardo y Roberto Ayala terminaron siendo piezas fundamentales en el equipo.

Ese 11 de diciembre  de 1994 el equipo que dirigía el “Tolo” cumplió su mejor actuación del semestre. Como si necesitara dar una prueba más de su superioridad, jugó un partidazo y se despachó con un contundente 3-0 sobre un Boca de vuelo muy bajo. Fue una función de gala de los “Millonarios”.

Se rompió el cero en la Bombonera gracias a un pelotazo largo de la Bruja Berti para la corrida del Burrito. El jujeño le ganó en velocidad a Néstor Fabbri, quien lo derribó en el área. Javier Castrilli cobró el penal al que Francescoli le dio forma de gol con un remate a la izquierda que no llegó a contener Navarro Montoya.

Luego de la apertura Marcelo Gallardo encontró a Ernesto Corti lanzado en ataque. “Carucha” puso un pase fantástico para Ortega, quien marcó un golazo para ampliar la ventaja en solo 25 minutos de juego. El holgado resultado a favor les otorgó a los visitantes la tranquilidad para desarrollar el juego que más le convenía. En cambio, para Boca fue lapidario. Su plan de partido había quedado reducido a la nada en menos de media hora y se veía obligado a correr muy de atrás a un adversario que se sentía muy cómodo saliendo de contraataque. 

Una de las tantas réplicas que River opuso a las incursiones ofensivas del local le permitió a Gallardo encontrar a Hernán Díaz (quien recorrió toda la cancha después de haber iniciado la maniobra) entrando en diagonal en el área. Lo rozó Fabbri y lo terminó de derribar Alejandro Mancuso. Otro penal. Le tocó el turno a Gallardo vencer al “Mono” desde los doce pasos y estampar en el marcador un 3-0 que dejó todavía más malherido a Boca, desembocó en la renuncia de Menotti, y significó el primer gol (y en su primer clásico) de Marcelo Gallardo al rival de toda la vida (el segundo de su carrera, luego de la anotación al Mandiyú que dirigía Diego Armando Maradona). 

"Es difícil olvidar ese partido de diciembre del 1994. Pero siempre recuerdo el contexto de esos días porque sin duda después de ese encuentro, mi vida cambió para siempre. Fue mi primer Superclásico jugando de titular. Yo tenía 18 años y fue un acontecimiento importante y más, después del 3-0 que conseguimos. Ese día no sólo goleamos en La Bombonera sino que brillamos. Jugamos excelente" le confesó el "Muñeco" a la revista partidaria 1986. 

“¿Cómo me voy a olvidar de ese día? Imposible. Fue un partido terrible y aunque sólo hice un gol de penal, lo disfruté mucho. Me acuerdo que estábamos peleando el campeonato y un resultado favorable nos ponía muy cerca de lograr el título. Entonces, tenía un condimento especial ese partido. Lo que más recuerdo es el post partido. Volvimos en el micro hacia River enloquecidos cantando, revoleando las camisetas. Yo no caía de la emoción. Me resultaba extraño asimilar todo lo que había pasado. Le repito que era un pibito y tenía tan sólo 18 años. La camiseta de ese partido la regalé. No me acuerdo a quién. Es más, todas las camisetas que pude, a lo largo de mi carrera, las regalé”,  sostuvo quien luego sería leyenda como entrenador riverplatense.

Finalmente, River terminó el campeonato invicto por primera vez en su historia luego del empate ante Vélez en la última fecha. Por su parte, Francescoli fue el goleador del torneo con 12 tantos. El retorno del ídolo no podría haber sido mejor.