Siempre son partidos aparte y en los que se juega mucho más que solo tres puntos. Más allá de cómo lleguen los equipos, los antecedentes imponen la máxima que lo que se especule y diga en la previa puede no suceder porque estos duelos son impredecibles. Pero hay algo que es palpable y fáctico, y es lo que se juegan Boca y River en La Bombonera: mucho más que tres puntos.

Ninguno de los dos equipos convence, pero engranaron algunos resultados consecutivos positivos y están cerca de la punta del campeonato. Desde ya, si hay un ganador el estadio boquense, el vencedor tendrá un envión anímico que parece imposible no imaginarlo peleando el título hasta el final.

¿Prevalecerán las dudas que arrastran o se soltarán y por jerarquía individual tendremos uno de los mejores partidos del torneo? Y eso que los dos equipos llegan con bajas de peso: ¿Serán un condicionante?

Desde lo estrictamente futbolístico, además de meterse en la lucha por el título, este puede ser el primero de una lista de tres Superclásicos que pueden existir hasta los primeros días de noviembre: ¿Cómo? Es que si River es campeón de este torneo, se enfrentarán en el Trofeo de Campeones, ya que Boca ganó la Copa de la Liga pasada. Y además, si avanzan en la instancia de cuartos de final de Copa Argentina, se enfrentarán en semifinales, buscando un lugar en el partido decisivo.

Boca tiene la obligación de ganar y tratar de ser campeón en una de las tres competencias para salvar un segundo semestre olvidable tras la eliminación de la Copa Libertadores. En el caso de River, la necesidad es la de ganar para poder clasificar a la próxima edición de la competencia más importante del continente.

Planteado este escenario y centrándonos en los próximos 90 minutos a jugarse en el Estadio Alberto J. Armando, pareciera que los dirigidos por Marcelo Gallardo son los que más tienen para perder, ya que Boca le ganó en el torneo en el que fue campeón hace poco (gol de Villa por la LPF en el Monumental) y porque si quiere tener la posibilidad de volver a enfrentar a su eterno rival, debe dar el golpe de visitante y gritar campeón una vez más.