La Bombonera quedó otra vez en el ojo de la tormenta justamente tras una intensa lluvia que afectó a todo la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, Boca no pudo disputar su partido frente a Newell's Old Boys por el anegamiento de su campo de juego. Ante esto, el Consejo de Fútbol decidió que no se postergue más y planean iniciar la obra de drenaje apenas finalice el último partido en casa del campeonato: ante Central Córdoba de Santiago del Estero. Estipulan que durará alrededor de tres meses. 

Lo cierto es que si bien, el agua caída a lo largo del día fue mucha, este domingo se disputaron varios partidos de la Primera División e incluso la final por el ascenso a la Primera B entre Dock Sud y Berazategui no muy lejos del estadio del 'Xeneize'

Con respecto a este tema, Jorge Bermúdez dijo: "Lleva la cancha mucho tiempo que se le haga el trabajo adecuado para solucionar este problema y estamos comprometidos en hacerlo, es un trabajo que debió planificarse hace tiempo, más de 20 años la cancha tuvo que haberse hecho este trabajo y no se hizo".

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Las obras de drenaje no serán sólo en la Bombonera, sino que el complejo Pedro Pompilio también será objeto de refacciones, según le confiaron a Doble Amarilla desde el Consejo de Fútbol, que será quién llevará a cabo la contratación de la empresa para las obras y seguirá de cerca las mismas para poder cumplir con los plazos estimados. 

La duración estimada de la obra es de tres meses, por lo que no llegarían a disputar los primeros partidos del certamen local en el Alberto J. Armando (aunque tienen como objetivo llegar al primer partido de la Copa internacional que participen). Una de las opciones que maneja la CD es no ser local siempre en el mismo lugar. Teniendo en cuenta esto, ya comenzaron a dialogar con diferentes gobiernos del interior que deseen albergar al 'Xeneize' y, de esta manera, además de pasear la localía por distintas plazas lograrían recaudar.

Un viejo inconveniente...

Este es un problema que a Boca le aparece con frecuencia y no termina de solucionar. Se puede recordar cómo los empleados ya se habían esforzado en 2016, en la previa a aquella inolvidable semifinal perdida ante Independiente del Valle por la Copa Libertadores, para mejorar el sector del campo que está cercano a la platea preferencial: era una costumbre de esos años observar la acumulación de barros y pozos ante las precipitaciones intensas.