Daría la sensación, que todos los amantes del fútbol que quisieron ir a ver un partido entretenido a Mar del Plata, resultaron ser hinchas de Boca. Al menos eso se desprende de las escenas que se vieron en el Estadio José María Minella y en los envíos televisivos, ya sea el de la transmisión de Telefé o los canales deportivos que transmitieron en la previa. 

Justamente antes del partido de Boca en Mar del Plata, la Policía Bonaerense le sacó a muchos hinchas de Boca camisetas del equipo Xeneize. En la semana se había informado que ningún hincha “neutral” podía estar identificado con elementos de Boca. 
En los controles en los accesos al Minella, los efectivos policiales revisaban que los hinchas no ingresen con elementos contundentes ni con ropa de Boca. Así fue como cientos de camisetas les fueron quitadas a sus portadores y eran dejadas a un costado. Lo que no pudo divisar la Policía fueron globos azules y amarillos que algunos hinchas ingresaron a las gradas ni una bandera, muy casera, que reza “Román es Boca” y que lució colgada de la baranda de la platea descubierta.  

Eso no fue nada. Una vez con los equipos en el campo de juego, los supuestos hinchas "neutrales" dieron rienda suelta a cánticos a favor de Boca, haciendo palmas, recordando el descenso de River y, sobre todo, con el festejo de los dos goles del equipo de Guillermo Barros Schelotto en el primer tiempo. Con gritos desaforados y evidentes que la transmisión oficial no puso el más menor énfasis en esconder, los hinchas "neutrales" no disimularon ser lo que todos sabían que eran: hinchas de Boca.