(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) La Selección femenina tiene futbolistas que, además de jugar al fútbol tienen historias con alta carga en las que predominan la lucha y el esfuerzo.

Vanina Correa, la "uno" Albiceleste no es ajena a ello y además de ser figura en el partido ante Japón, ante Inglaterra la rompió: atajó un penal en el primer tiempo y tuvo varias intervenciones que la hicieron figura del partido. Gracias a ella, el resultado no fue más abultado.

La FIFA la eligió como MVP y, en declaraciones al medio oficial comentó: "No sé cómo hice para llegar. Me estiré, toqué la pelota y pegó en el palo. Quizás fue un poquito de suerte, quizás un poquito de esfuerzo, pero llegué".

Durante la tarde del viernes fue trending topic en Twitter y uno de los temas más hablados en torno al Mundial, y aseguró que cree que este interés será el puntapié para lo que viene, "para eso luchamos, para que el fútbol femenino crezca en Argentina". Tan así que hasta el entrenador inglés habló de ella: "Lo suyo hoy fue de una arquera de clase mundial".

Correa, de 35 años, desempeña una triple función: es mamá de mellizos Luna y Romeo de cinco años, trabaja como cajera en la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez y entrena y juega en Rosario Central. Tras cumplir estas funciones, decidió dejar el fútbol, pero en 2017, fue Carlos Borrello quien la convenció de volver a jugar.

Vanina es una de las sobrevivientes de los Mundiales en los que participó Argentina: estuvo en Estados Unidos 2003 y China 2007. En el primer evento mundialista recibió 11 goles en los primeros 150 minutos de juego, sin embargo, en el actual de Francia, pudo revertir la marca y mantuvo la valla invicta durante 152 minutos.