Sepultando los fantasmas de 2013 y reivindicando la mística de los 70, Independiente se abrazó a la Sudamericana y volvió a levantar una copa internacional. A media ciudad de Avellaneda le sobran motivos para llenarla del mejor champagne y brindar por un fin de año soñado. 

Batallando, sufriendo, pero sin entregar las banderas de la convicción, el 'Rojo' le hizo honor a su apodo de Diablo para sobreponerse a cualquier tipo de macumba, magia o pedidos religiosos que los brasileños impulsaron desde el principio hasta el final del partido. 

El plantel de Independiente que se consagró campeón de la Copa Sudamericana tras superar a Flamengo, emprendió el regreso a Buenos Aires y en el avión hubo fiesta. Holan no intentó controlar su euforia y coreó las canciones de festejo como un hincha más:

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