[De la redacción de DOBLE AMARILLA] La serenidad que caracterizaba a Xavi Hernández para generar esos pases milimétricos de gol, evidentemente no se condicen con su actual perfil de entrenador. El técnico de Al Sadd se volvió loco con el árbitro al no haberle cobrado un penal en el último minuto. Finalmente el colegiado decidió no otorgar la mano y el partido concluyó 1-1.

En la jugada se puede ver como el jugador del equipo rival intercepta el balón con el brazo desplegado del torso, generando contacto evidente con la mano. Los jugadores del equipo de Xavi, incluido el capitán Gabi, fueron inmediatamente a protestar y exigir que se cobre penal.  

Una vez concluido el partido, el ex Barcelona se fue mufando, notoriamente enojado y sobrepasado por la situación, a tal punto que pateo una botella de agua y se le terminó saliendo una zapatilla. 

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