(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) El dólar atraviesa el ancho y largo de la economía argentina y la industria del fútbol no es la excepción. No es una variable más, es central en momentos que los clubes tienen hoy una fotografía económica y financiera mucho más ordenada que la que tenían años atrás cuando el Gobierno decidió asfixiarlos incumpliendo los pagos del contrato de Fútbol Para Todos. La divisa estadounidense es tan trascendente, que el mismo billete maldito para muchos, es el responsable de la mejora en algunos balances.

¿Cómo es esto? Es que el alza del dólar es buena y mala para los clubes. En este análisis vamos a centrarnos en los clubes de Superliga. Hoy la matriz económica de las instituciones medianas y chicas está pesificada casi en su totalidad. En el cash flow, las erogaciones en dólares son menores y se concentran en unos pocos rubros. Algo diferente es la situación de los clubes grandes como River, Boca, San Lorenzo, Racing e Independiente, principalmente, ya que el dólar tiene más incidencia debido a que muchos contratos salariales están anclados en esa divisa. Es cierto que desde el año pasado cuando sufrieron un duro golpe con la devaluación de mitad de año, empezó un plan masivo de renegociación para poner tope a esos contratos. Igual, clubes como River o San Lorenzo lo sufrieron fuerte y lo pagaron caro en sus balances.

Hay un punto central en el que los clubes se ven beneficiados por cada escalada del dólar. Las instituciones exportadoras de futbolistas tienen un fuerte ingreso de dólares producto de la venta de jugadores, mientras que el grueso de sus gastos son en pesos. Ya con el dólar arriba de $45 y con un mercado global de transferencias que sigue sin encontrar su techo, cualquier buena venta puede ordenar rápidamente los números de un club, principalmente en los medianos y chicos que no tienen que hacer frente a una alocada carrera por refuerzos ni tienen que seducir a grandes figuras con sueldos en divisa extranjera. Ahora con la divisa cotizando a $58 las ventas son cada vez más apetecibles.

Hoy, decir que el alza del dólar beneficia a los clubes es una visión parcial. Una devaluación mueve no sólo los precios de productos dolarizados, sino de toda la economía. Los analistas estiman que la devaluación post-PASO va a empujar los precios en las próximas semanas y pronostican que la inflación anual cerrará en torno al 50%, algo que va a tener claramente efecto en las paritarias de empleados del fútbol. Los clubes (como toda industria exportadora) saben claramente que la suba del dólar no da una sonrisa completa y repiten aquel viejo axioma de “la teoría de la manta corta”, donde si te destapas los pies te queda afuera la cabeza y viceversa. En criollo, hoy un dólar alto los beneficia si venden jugadores y les permite licuar costos en pesos (incluidos salarios), pero en un contexto económico recesivo que siempre los golpea por otro lado.

Tal como ocurrió el año pasado con la devaluación que impactó en medio de la Copa del Mundo de Rusia, es bueno recordar cuáles son las variables del fútbol en las que más impactan los saltos en el tipo de cambio.

1-  COSTOS EN DÓLARES Y SALARIOS EUROPEOS

Como ya dijimos hoy en los clubes medianos y chicos los gastos en dólares no representan más de 10% de sus erogaciones mensuales. Los pagos que tienen que afrontar los clubes en divisas extranjera se concentran en rubros como viajes internacionales, semillas para el sembrado de campo de juego, elementos médicos, productos de infraestructura (construcción) y algunas erogaciones por transferencias. 

En los clubes grandes la cuenta es diferente y el porcentaje sube considerablemente porque la mayoría de las figuras cobran en dólares o tienen contratos en pesos, pero que se mueven al ritmo de la divisa estadounidense. Sin este gancho, sería imposible retenerlos en este mercado. Acá hay dos diferencias. Hay instituciones que al hacer los contratos le ponen un techo a la cotización y en caso que se dispare el precio del dólar, renegocian mano a mano con los jugadores, mientras que hay otras que directamente aceptan pagar en billetes verdes. Estas son las que hoy están más complicadas ya que tienen poco margen para negociar.

2 - FUGA DE TALENTOS

Un dólar alto tiene un efecto irrefrenable y que impacta al producto de Superliga: es muy difícil retener a los cracks o repatriar figuras por dos motivos clave. Por un lado, a la mayoría de los clubes se les hace imposible competir con salarios en dólares y es por eso que no sólo el fútbol europeo, chino o asiático pasa a ser un destino económicamente atractivo para el jugador. Con ese criterio, México, Colombia, Chile, Brasil, EEUU, Canadá pueden darle al futbolista sumas que acá no podría cobrar jamás.  

Por otro lado, no deja de ser una tentación para los clubes vender a sus joyas. Hoy el mercado global está en un momento donde los valores de referencia son grises. Hay quienes advierten que en algún momento va a explotar una burbuja porque se manejan precios de venta de jugadores exorbitantes en el mundo, pero los ingresos globales de las grandes ligas están estancados. Para un club argentino mediano, vender hoy a un jugador a U$S 4 millones (hoy bastante razonable), le representa un ingreso de $232 millones. Si tenemos en cuenta, que esas instituciones tienen erogaciones anuales presupuestadas en torno a $300 millones, hoy estarían cubriendo el 80% del dinero que necesitan en caja durante un año con sólo una venta. Hoy muchos de esas clubes tienen en sus planteles de Primera jugadores tasados (y con cláusulas de rescisión) por arriba de los u$s 15 millones. Esas joyas, hoy te sacan de cualquier problema durante unos cuantos meses.

Un dato no menor es que esta devaluación llega en momentos en el que el mercado de pases está cerrado, salvo para excepciones. Esa salvedad es para clubes que sufran pérdidas de jugadores vía la ejecución de la cláusula de rescisión, pero para cubrir ese bache están obligados a comprar futbolistas en en el mercado internacional, algo que .con estos costos es un privilegio para pocos.

3 - SOBREVALORACIÓN DE TORNEOS INTERNACIONALES

Hoy los ingresos en dólares de los clubes llegan principalmente de dos maneras: por la venta de jugadores y por el cobro de los premios de los torneos internacionales (Copa Libertadores, Sudamericana, Recopa y otras). Algunos clubes también cobran en dólares algunos sponsoreos, pero no son la mayoría. Esta temporada 12 equipos de Superliga clasificaron a copas de Conmebol. Es decir, más de la mitad de los participantes del torneo de Primera División juegan estos torneos internacionales. Encima la Confederación Sudamericana es cada vez más agresiva en cuanto a los premios. Un ejemplo es que el año pasado River, como vencedor de la Copa Libertadores, se llevó el doble que lo que ganó el campeón del año anterior.  El campeón recibió u$s 6.000.000. Si se suma lo cosechado a lo largo de todo el torneo, se hizo de u$s10.800.000. Para este año Conmebol elevó los premios a niveles récord. Esta vez el campeón se quedará con u$s 12.000.000, el subcampeón ganará u$s 6.000.000 y cada equipo que disputó la fase de grupos que quedó con u$s 3.000.000. El gran problema de todo esto es que gran parte de eses dinero no va a la tesorería de la institución. Muchos clubes, para mantener planteles competitivos, destinan gran parte de esos premios en divisa estadounidense a los planteles como manera de seducirlos y compensarlos por los “topes de dólar” que le ponen en sus salarios.

Todo este combo hace que se acreciente el apetito por las copas internacionales en detrimento del torneo local. Este no es un problema casero, en Europa ocurre lo mismo. Hay una pelea de las principales ligas con UEFA ya que consideran que los equipos priorizan la Champions League y la Europa League respecto a los campeonatos locales debido a los premios que pagan esas megacompetencias. En Argentina pasa lo mismo y, siendo abismal la diferencia entre premios en pesos y en dólares, el interés por las copas va a ser mucho mayor. 

4 - CONTRATO DE TV ATRASADO EN DÓLARES

En su momento se festejó con bombos y platillos en nuevo contrato de TV, pero como ya contamos algunos dirigentes están disconformes y buscan que Fox y Turner no se limiten al simple ajuste que hacen cada 6 meses. Hoy el número que fija la indexación de ese contrato se define según el IPC (inflación) o el alza en el abono del cable, siempre tomando el porcentual más alto. Con un dólar a $58 y un contrato que se actualiza en pesos, si lo medimos en dólares, los desembolsos que hacen las dos cadenas de TV quedan muy lejanos hasta de lo que se percibía durante el Futbol Para Todos. La cuenta es sencilla, el último monto destinado en el FTP fue de $1.634 millones para el año 2015. En ese momento, el dólar costaba entre $8,70 y $9,20, es decir que el conjunto de los clubes recibió ese año el equivalente a unos u$s 185 millones. Claro, que hay que aclarar que en esa época era una odisea para los clubes hacerse de los billetes verdes ya que regía a pleno el cepo cambiario. Este año los ingresos de Tv que se derramen entre los clubes será de $4.000 millones. Si tomamos un dólar promedio a $58 son sólo u$s 69 millones.

5 - POSTERGACIÓN DE DECISIONES DE INFRAESTRUCTURA

Otro punto interesante tiene que ver con que, bajo este contexto, los clubes pueden llegar a poner en pausa toda invasión en infraestructura. Desde proyectos faraónicos como los de San Lorenzo, River y Boca de renovar o mudar sus estadios hasta decisiones más modestas como ampliar un quincho, hacer una pileta o comprar equipamiento importado.

En ambos casos el alza del dólar no es el único factor que justifique un stand by. La suba de tasa interés de referencia que el Banco Central elevó a más de  70% es letal para cualquier financiamiento racional y a largo plazo. Hoy conseguir un crédito blando para un mega proyecto es impensado en una economía que maneja esas tasas. Pero tampoco es viable endeudarse en dólares o pesos para compras menores de infraestructura. Ya lo padeció Estudiantes con la construcción de su estadio en un contexto malo, pero no tan desfavorable como el actual. Obviamente que a esto hay que sumarle el contexto político que frena todo tipo de decisión importante.

6 - SPONSORS DEPRIMIDOS VS SPONSORS SALVADORES

No es casual que clubes grandes sufran a la hora de negociar con sus main sponsors. El mercado publicitario es siempre uno de los primeros en sentir las crisis ya que, en estos contextos, las empresas recortan sus inversiones en marketing casi como acto reflejo. Ante un mercado deprimido se plantea otro problema: esas instituciones tienen tarifados en dólares estos sponsoreos, a diferencia de los clubes medianos que tienen pesificados sus espacios publicitarios. Tal es el caso de River que demoró un año en encontrar un main sponsor a su camiseta. El club recibió muchas críticas por ese vacío. Hoy con semejante suba del dólar, haber logrado un contrato en dólares con Turkis de casi el doble de lo que le ofrecían hace un año, resultó una medida acertada.

Pero no sólo pegó en quienes aspiran a sponsoreos dolarizados ya que las empresas locales que apostaban al fútbol también empezaron a desaparecer. Según un informe de HAVAS, la pauta publicitaria enfrenta otro año complejo. La expectativa en el mercado es que la inversión aumente 20% en términos de facturación, pero quedará muy por debajo del 31% de aumento en las tarifas de medios pronosticado para este año. La depresión en las ventas y el congelamiento de la economía pega de lleno en la publicidad y, según HAVAS, las marcas estarán "conservadoras". Claramente en un año electoral, la expectativa es justamente un aumento en las pautas políticas, ya sea en campañas o en pauta pública y ahí es donde los clubes tienen una oportunidad. En la última campaña presidencial el gasto fue de $1.033 millones y ahora se espera que ese monto trepe a los $4.000 millones. Ante este panorama muchos clubes están recurriendo a sponsors del sector público como bancos provinciales, municipios o gobiernos. Hoy hay dos clubes de Superliga que aún no tienen publicidad en su pecho: Racing y Estudiantes.

Pero este contexto de volatilidad y con un peso devaluado hacen lucir malas a negociaciones que parecían brillantes. Hace días Boca rubricó un contrato con ADIDAS para que sea sponsor técnico. El acuerdo incluía un desembolso anual con una base de u$s 10.069.000. En el texto se fija un valor tope de dólar de $70 para el primer semestre de 2020. Como los pagos se hacen en pesos, en caso de que el dólar supere los $70 Adidas no paga ese excedente. Hace una semana esa cifra parecía improbable. Hoy, esa cláusula ya preocupa a los dirigentes xeneizes cuando ni si quiera entró en vigencia el contrato comercial.

7 - SALARIOS LICUADOS

Más allá de los sueldos de los jugadores, los clubes afrontan una masa salarial que se mueve por otro camino diferente. La mayoría de los empleados están representados en el gremio UTEDYC. La última paritaria firmada en diciembre marcó un aumento de 23% pagadero en cuatro cuotas: 7% con los sueldos de junio, 8% en septiembre, 4% en noviembre y 4% en enero de 2020. Además, el acuerdo estableció que en noviembre se aplicará una cláusula de revisión  del convenio  por el cual las partes pueden renegociar una recomposición adicional en caso que la inflación supere 23%. Hoy es un hecho que en noviembre o antes los clubes van a tener que renegociar aumentos.  

Sin embargo, para los clubes que administraron bien sus ingresos en dólares y no salieron a hacer contratos fastuosos en divisa extranjera, cualquier suba renegociación de la paritaria se licúa rápidamente con las violentas devaluaciones.

8 - PRECIO DE LAS ENTRADAS

Hace menos de un mes, AFA publicó en su Boletín Oficial los nuevos precios de referencias del fútbol argentino que van desde la Superliga hasta la Primera D con aumentos que van en torno al 25%.  Desde el inicio del torneo, el costo máximo de una entrada general en la máxima categoría del fútbol argentino costará $500. Los presidentes saben que si se suben más las entradas, la gente desaparece de los estadios porque como en cualquier crisis económica lo primero que se recortan son los gastos de esparcimiento. 

A esto hay que sumarle que las devaluaciones tiran para abajo el valor del ticket medido en dólares. Un simple ejemplo, el valor de la popular aumentó en febrero de 2018 de $250 a $320. Cuando se decidió cobrar $320, el dólar cotizaba en torno a $20, es decir que la entrada general pasaba a costar u$s 16, en un claro contexto de atraso cambiario. Ahora que cuesta a $500 y tras una brusca devaluación que lleva al dólar por encima de $58, ese ticket en dólares tiene un valor de u$s8,6. Como vemos los ingresos en pesos de los clubes, siempre le corren muy de atrás al dólar.

La suba del dólar impacta de diversas maneras algunas positivas y otras negativas. Sin embargo, lo que hoy preocupa más a los clubes tiene que ver con la recesión que se profundiza y que rápidamente se traduce en menores ingresos de sponsors, mora en cuotas sociales, menos compra de tickets. Dicho de otra manera, la convulsión de la economía hace que los presidentes de los clubes se den vuelta a cada rato para ver dónde está el arco.

La única buena noticia real que tuvieron los clubes en los últimos días es la marcha atrás del gobierno respecto a la modificación del Decreto 1212. Tras negociaciones con AFA y Superliga desde el Ejecutivo decidieron patear para enero el cambio del régimen que beneficia impositivamente a los clubes. Ante una posible derrota de Macri el panorama es otro y los clubes, en este tema, respiran bastante aliviados