En el Monumental se juega otro partido, el político

El fútbol es sólo un juego. ¿El fútbol es sólo un juego? Muchas veces, y sobre todo al más alto nivel, la política logra meter la cola y hace de la suyas. Ejemplos, a lo largo de la historia, sobran. Desde la final del Mundial de Italia 1934 que tenía que ganar Italia sí o sí en tiempos del Duce, hasta el duelo Argentina-Inglaterra en México 1986, salpicado por el conflicto bélico de las Malvinas y, más reciente en el tiempo, aquel Estados Unidos- Irak, en plena guerra, que ocurrió durante Francia 1998.

Este Argentina- Venezuela no se da en el marco de una cita ecuménica, ni tampoco en medio de un conflicto entre sí, aunque es sabido, más que nada regionalmente, que el principal impulsor de dejar out a Venezuela del Mercosur, hasta tanto continúe la violencia en el país que preside Nicolás Maduro, es el gobierno de Mauricio Macri. Ambos presidentes han cruzado epítetos a través de distintos medios de comunicación o mismo en las redes sociales. Ayer nomás, Macri pidió por que Maduro deje salir de su país a Lilian Tintori, la esposa del dirigente opositor número al régimen de Maduro, Leopoldo López. 

Así las cosas, tener a la Selección de Venezuela, en su gran mayoría ya abiertamente en contra de lo que sucede en la nación petrolera, con más de 120 muertos que lamentar en medio de un caos socio-político evidente, jugando en Buenos Aires no es una buena noticia para Nicolás Maduro. 

En el Monumental se juega otro partido, el político


Además, el clima será aprovechado por aquellos que quieren seguir pegándole al gobierno actual de la nación bolivariana. En la previa, se lanzó una campaña, armada por gente de ambos países, que consiste en dibujarse dos líneas negras en la mejilla, en repudio a lo que muchos califican como una “dictadura”, empezando por Mauricio Macri, la cúpula del gobierno argentino e incluso gran parte del arco opositor, con excepción del Kirchnerismo, históricamente afín a Venezuela desde tiempos de Néstor Kircher y Hugo Chávez.

Maldonado, el jugador número 12
Pero no sólo habrá componentes políticos del lado visitante. La desaparición de Santiago Maldonado, del que nada se sabe hace 34 días, tiñe todo lo que ocurre en el país. Mucho más después de la masiva movilización del viernes pasado, que dejó como saldo 31 detenidos y un humor social enrarecido. 

Así las cosas, se espera que haya manifestaciones en el Estadio Monumental de parte de los hinchas que se acerquen para ver jugar a Lionel Messi & Cía. Incluso, ya las hubo en el seno del plantel, cuando el arquero Nahuel Guzmán, aterrizó en Ezeiza con una remera negra con letras blancas que rezaba: “¿Dónde está Santiago?”. Una pregunta que hoy le resulta algo incómoda al gobierno nacional porque aún no encontró la manera de responderla. 

En el Monumental se juega otro partido, el político


Vinotinto politizado
En lo estrictamente deportivo, Venezuela ya no tiene chances de acceder al Mundial. Los jugadores se han convertido en embajadores del descontento, desde el momento que, en plena ebullición del conflicto socio-político subieron a las redes sociales un video en que pedían al gobierno que deponga la represión y la respuesta violenta a los manifestantes.

La mayoría de los jugadores de la Selección juegan fuera de Venezuela, pero eso no les impide estar al tanto de la situación, tal y como aseguró el delantero Jacobo Kouffati, quien milita en el fútbol colombiano: "Estamos afuera, pero no ausentes de la situación por la que pasa Venezuela. Muy triste que un Gobierno quiera aferrarse a una situación que el país ya no quiere", señaló.  Los principales embajadores del descontento, sin embargo, son el delantero Salomón Rondón (West Bromwich Albion) y el capitán del equipo, Tomás Rincón, quién no será de la partida en el Monumental, por estar suspendido. 

Incluso el DT del equipo, el ex arquero de Independiente, Rafael Dudamel, tambalea en su cargo, más allá que existía la idea de un proyecto integral con miras a Qatar 2022, más después de los alentadores resultados conquistados por la Selección Sub20, subcampeona del mundo en Corea del Sur.  Sin embargo, la crisis también es económica y PDVSA, la petrolera estatal, no aportaría los dólares que viene aportando para sostener el proyecto integral del fútbol venezolano, de la Sub-15, en adelante. Rumores indican que la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) les había prometido a sus jugadores 1500 dólares por punto obtenido y unos viáticos de 200 dólares por día. El equipo acumula 6 unidades y ya no irá, de ninguna manera, a Rusia 2018. Consultado sobre el aspecto meramente económico, Dudamel aseveró tras el empate en 0 con Colombia del pasado jueves: "Ellos (la federación) han sido francos, no hay recursos para poder mantenernos acá".

Así las cosas, y más allá de la importancia deportiva que el partido tiene para el equipo de Jorge Sampaoli, habrá que ver quienes resultan vencedores en los otros partidos que tendrán lugar en las inmediaciones, dentro y fuera del Monumental.