(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) 2019, año del Halcón. ¿Será? Por lo pronto, mientras tiene a Racing en la mira, el elenco de Florencio Varela buscará hacer otro gran gran papel a nivel continental, luego de la soberbia Copa Sudamericana 2018 que firmó y en la que se quedó a las puertas de las semifinales. Los de Beccacece jugarán por tercera vez seguida la Copa Sudamericana un torneo que ya no lo tiene entre las sorpresas, más después de recordados triunfos, como ante el mismísimo San Pablo, en el Morumbí. 

Al respecto, Diego Lemme, Secretario de Fútbol Profesional y Juvenil y Hugo Tomaghello, Vicepresidente 1ro, hablan con “Doble Amarilla” sobre esta realidad de Defensa, un club habituado a ligas muchos menores de las que viene jugando (y protagonizando) hace algún tiempo, ¿cuál es la fórmula secreta? 

Varela está revolucionada y no es para menos. “Es una locura lo que contagian estos pibes, no paran. Se van superando y están enchufadísimos”, comentó Lemme, un apellido de fuste en el club de Varela. Tomaghello, otro apellido con peso propio, agrega: “ver hinchas de Defensa viajando a Río de Janeiro es muy emocionante para nosotros que llevamos muchos años en el ascenso. Es una locura que se suma a la que estamos viviendo en la Superliga”.

Ambos coinciden en que el gran objetivo este año es alcanzar un pasaje a la Copa Libertadores de América: “Ojalá tengamos la dicha de llegar a la última fecha de la Superliga para pelear o por lo menos meternos en la Copa Libertadores, que para nosotros va a ser buenísimo”. Tomaghello, además, marca una diferencia económica: En la Sudamericana, a diferencia de la Libertadores, cobras a medida que pasas de fase. Si uno llega como llegó el año pasado a instancias de cuartos, la recaudación es más importante”. 

Prosigue Tomaghello: “Para un club humilde, de barrio, como el nuestro, participar por tercera vez consecutiva de un torneo de este nivel con equipos importantes, como nos ha tocado el año pasado San Pablo, América, este año la chance de jugar en Río de Janeiro, ciudades que para el hincha de defensa y para nosotros los dirigentes era muy difícil pensarlo hace unos años. Es una gran alegría y nos jerarquiza un poco más en el plano internacional. A su vez, en la actualidad, con la pelea en el campeonato local esta participación se potencia más”

A su turno, Lemme apunta queEs un ingreso de dinero que nosotros no lo teníamos estipulado. A partir de entrar, ha generado que entren divisas y con eso vamos pagando gastos que van saliendo en el club. Hemos hecho muchas obras, riego, gimnasio, cerrar todo el predio con paredones. Eso se hace con lo que nos va dejando la Copa”

Luego de lo institucional, ambos se refieren a lo deportivo: “Estar participando, la primera vez fue un sueño, después clasificamos dos veces más y entonces el club ya tiene una imagen en el exterior”, se envalentona Lemme. Tomaghello refuerza: “Vamos a un estadio con mucha historia, con mucho público y vamos con la misma humildad y ganas que fuimos en las pasadas ediciones a América y San Pablo”.

Lemme habló un poco de la competencia y la doble competencia con un sólo plantel: “Lo ideal sería que no nos toque un rival así, pero nos tocó a los dos. A Racing le tocó Corinthians”, se autoconsuela. Tomaghello opina, ligeramente distinto: “Botafogo es un honor para nosotros como rival. Es un equipo importante".

Lemme, como para autorecórdarselo, aunque ya muchos no lo creen, asegura: “Nosotros somos un poco la Cenicienta en todo esto”. Sin embargo, la historia cambió y ahora es Defensa la horma del zapato de varios: “Hoy hay un plantel rico, Sebastián es un genio en preparar partidos y tácticas. A nivel institución vamos por los dos frentes, en la Superliga todavía falta mucho, nosotros apostamos a clasificar a la Copa Libertadores. Una vez que logremos ese objetivo, soñaremos con la Superliga. Mientras, vamos a aspirar a superar esta fase de la sudamericana y luego volveremos al plano local con todo lo que tenemos”, concluye Lemme. En Varela hace rato que se pasaron las 12 y el carruaje de la cenicienta sigue lejos de convertirse en un zapallo.