(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Si bien era una situación juzgada al ser el único candidato para organizar los próximos Juegos de la Juventud 2022, la oficialización de Senegal le abre al mundo olímpico un nuevo escenario para sumar una gran cantidad de público a sus eventos y un mercado inmenso para sus siempre ávidos patrocinadores.

Los Juegos de la Juventud son una atracción para esas ciudades que están lejos de soñar con unos Juegos de mayores pero quieren probar su nivel de organización para estos megaeventos, como lo está haciendo Buenos Aires en esta tercera edición.

Singapur y Nanjing ya lo habían hecho en 2010 y 2014... y ahora será el turno de Senegal, con tres ciudades: su capital Dakar, Diamniadio y la localidad costera de Saly, según quedó confirmada en la reunión 133 del COI en Buenos Aires.

De esta manera, Senegal les ganó a sus vecinos africanos Botswana, Nigeria y Túnez, que habían demostrado también sus ambiciones de llevar por primera vez la llama olímpica y la bandera de los cinco anillos al continente africano. 

“Quiero expresar en nombre de todos los africanos nuestro agradecimiento por la elección que se ha hecho en armonía con los ideales olímpicos”, declaró el presidente senegalés Macky Sall. “Haremos todo lo que podamos para recibirlos en las mejores condiciones”.

"Es el tiempo de África", sentenció el presidente del COI, el alemán Thomas Bach.

El proyecto incluye la construcción de un estadio olímpico para 50 mil personas y una gran infraestructura que, según el proyecto presentado, es un legado para potenciar el deporte en Senegal. La cita se realizará en mayo o junio de 2022 para que se desarrolle en la estación seca y reducir la posibilidad de contagio de enfermedades tropicales.

De esta manera el COI imita lo que hizo la FIFA en 2010 cuando designó a Sudáfrica para organizar el Mundial, aunque el gran temor de los "Elefantes blancos": las grandes obras de infraestructura que luego quedan en desuso y se van deteriorando.