(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) El pasado martes 31 de diciembre, Facundo Affranchino fue anunciado como nuevo refuerzo de Centro Deportivo Olmedo, de Ecuador. Hasta ahí, todo bien. El problema pasa por su salida de Villa Dálmine, club con el que había firmado contrato en agosto: no fue consensuada.

Según expresó el club de Campana a través de un comunicado, el futbolista envió una carta documento que llegó el viernes 3 de enero en la cual se consideraba "en libertad de acción". Dado que la rescisión del vínculo fue unilateral y sin negociación previa, la institución violeta anunció que "se tomarán medidas judiciales y ante FIFA pertinentes".

El objetivo del club de la Primera Nacional es que el futbolista sea sancionado "por romper de manera unilateral el contrato" y que se le obligue "a pagar el resarcimiento correspondiente por faltar a las obligaciones que lo vinculan con nuestro club".

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En diálogo con este portal, Diego Lis, presidente de Villa Dálmine, reconstruyó la historia que terminó con la intención de ir a la FIFA: "El jugador llegó en agosto de 2019, lo fichamos a último momento del Mercado de Pases. En aquel entonces, él aceptó la oferta que le hicimos y firmó un contrato por un año. Como se lesionó en un partido, estuvo sin jugar algunos encuentros. A fin de año, el representante empezó a llamar diciendo que el futbolista se quería ir del club para hacer una diferencia económica", relató.

Villa Dálmine se negó a la solicitud, manifestando que debía cumplir su contrato y que solamente podía incorporar a tres jugadores en el Mercado de Pases. Además, la salida de Matías Ballini a Independiente Santa Fe redujo aún más el margen y reforzó la postura del Viola. "El representante nos ofreció un monto para que el jugador pudiera irse y dijo que, si no lo aceptábamos, iba a venir con un abogado. Dijimos que no, porque no era una cuestión de plata, tenía que ver con algo futbolístico. Después de eso, no hubo otra comunicación", indicó.

"El viernes, llegó una carta que decía que el jugador se consideraba en libertad de acción conforme al artículo 17.1 del Estatuto del Jugador de la FIFA. Nos pusimos a ver de qué se trataba: el artículo habla de una rescisión unilateral. El artículo marca que, para rescindir, el jugador debe negociar con el club. De no existir esa negociación, se lo puede sancionar con cinco años de sueldo y hasta cuatro meses de suspensión para jugar", completó Lis.

El mandatario del conjunto de Campana manifestó que el reclamo no tiene que ver con una cuestión económica, sino con "dar un ejemplo para todos los clubes". "Es una inseguridad jurídica total: los jugadores firman contrato, te mandan una carta y desaparecen. Es una locura. Hablé con abogados especializados en derecho deportivo y consideran que es una locura lo que hizo Affranchino", sentenció.

Es importante resaltar que, como Affranchino se encontraba en "período protegido" (de dos temporadas completas o dos años, porque el jugador firmó contrato luego de cumplir 28 años), la sanción es solidaria para el club contratante. Además de la obligación de pago de una indemnización, el castigo estipulado consiste en una restricción de cuatro meses en su elegibilidad para jugar cualquier partido oficial. En circunstancias agravantes, la restricción es de seis meses.

¿Hay chance de que el jugador pueda regresar a Villa Dálmine? En diálogo con Doble Amarilla, Lis descartó la posibilidad. "No vuelve más, ya rescindió y fue presentado en Ecuador. Lo importante es que esto quede vigente para que no le pase a nadie más, sino todos los clubes estamos desprotegidos con situaciones como esta", concluyó.