El partido entre Victoria y Salto Grande tuvo un final inesperado en la cancha del barrio Tiro Federal en Concordia, Entre Ríos, cuando un defensor del local, Nelson Sosa, dio una patada sin pelota y el árbitro, Martín Leiva, decidió mostrarle la tarjeta roja.

La sorprendente reacción del futbolista fue cabecear en el rostro al juez del partido. Antes de que fuera contenido por sus compañeros y que ingresaran los efectivos policiales al campo de juego, también le dio una piña en la cara. El partido debió ser suspendido y el tanteador quedó 1 a 0, con la victoria de Salto Grande.

Desde la Liga Concordiense de Fútbol se adelantó que cualquier tipo de sanción al jugador "será resuelto por el Tribunal de Disciplina" de esa entidad.