(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Una vez más, la violencia se hizo presente en el fútbol del Interior. Esta vez, en la vuelta de los cuartos de final de la Liga Villamariense de Fútbol, en el partido entre Argentino y Atlético Ticino. El juego debió ser suspendido a los 18 de la segunda mitad, cuando jugadores del equipo local agredieron a la terna arbitral, encabezada por Diego Ortega.

Todo comenzó con la expulsión a Matías Rojas, de Argentino, por doble amarilla. Allí se originó todo. Hubo golpes de puños al por mayor fue lo que se vio al momento del terrible disturbio.

El línea número uno, Leandro Nicolau, terminó con varios golpes en su rostro, un apósito en uno de sus pómulos producto de una lesión, además de sangre en la nariz y un corte dentro de su boca. También fue golpeado el árbitro principal, Ortega, según informa "El Diario del Centro del País". También volaron golpes de puño entre algunos jugadores, aunque la mayoría intentó separar. Para completar el cuadro, en la tribuna volaban piedras, generando estupor en los allí presentes.

Gonzalo Ñáñez fue el actor principal, quién golpeó directo a los árbitros y, por ello, vio la roja. El jugador expresó que el árbitro lo había insultado. Otro jugador, Carlos Jacobi, reconoció el error de los suyos al expresar: “Ortega me reconoció que se equivocó pero nosotros también erramos feo, es lamentable lo de mis compañeros”.

Así, la violencia tapó lo que pasó en un tiempo y medio casi de partido, en los que Deportivo Argentino no pudo doblegar a Atlético Ticino que mantuvo su postura de defender y jugar de contra. Ahora, restará ver el fallo de las autoridades para ver qué sucede con el partido.