(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Esta historia ocurre en Rosario. Pero no en la Rosario del Boulevard Oroño, ni del Parque Independencia. En una Rosario mucho más profunda, lejos de los folletos turísticos sobre la Ciudad. Se trata del club "Juan XXIII", en el interior de "Villa Banana".

El diario "La Capital" la cuenta y detalla que se trata de un predio deportivo abandonado por el club Juan XXIII, que fue "usurpado por narcos y coptado por facciones de barrabravas, con mafias enquistadas". Ahora, el club busca volver a recuperar su función social y volver a erigirse como un "pulmón social" dentro de ese barrio. Para eso, intentará desarrollar actividades deportivas, una huerta, playón para patinaje y sobre todo un sitio de reinserción social donde, según informa el citado diario "haya una esperanza de vida para los pibes y termine la violencia y la muerte".

Todo eso nace de una iniciativa que ya fue presentada ante la intendenta de Rosario, Mónica Fein y el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, por la Organización Comunitaria Causa. Ambos políticos aprobaron el proyecto. 

El club obtuvo el predio en cuestión en 2006, como compensación a unos terrenos que cedió en un acuerdo entre la Municipalidad, la Empresa Provincial de la Energía y el club. Allí, dejó que terrenos propios le fueran cedidos al estado para ser reconvertidos en una subestación de energía, una plaza y edificios de viviendas. Así recibió el predio que hoy busca recuperar.

En junio de 2013, y tras problemas de convivencia entre el entorno y la institución, las canchas fueron usurpado por decenas de familias. Allí se produjo un abandono en las instalaciones, que se convirtió en el caldo de cultivo ideal para la llegada de las "mafias" que se apoderaron del lugar imponiendo por la fuerza el pago extorsivo de "alquileres" y hasta de un cánon para poder realizar torneos de fútbol interbarriales. En 2016, la Municipalidad le cedió a Juan XXIII en forma gratuita, por 5 años y con renovación por otros 5 años más, otro predio, para el desarrollo de actividades deportivas.

La Organización Causa, detrás de la recuperación del predio inicial, hace 15 años que tiene base en Villa Banana. Intenta impulsar proyectos educativos, sociales y culturales, pero el barrio está bajo dominio de las mafias narcos. "Se aplicó el poder territorial y la fuerza para imponer lo que queremos desterrar. Por eso apostamos a que le Estado llegue con políticas sociales y no represivas a darles a los pibes un polideportivo social", apuntó uno de los referentes en declaraciones a "La Capital".

Denuncian que el predio, actualmente, está en poder de facciones vinculados a los barras, el narcomenudeo y la extorsión a los vecinos. Todo tenía precio en ese predio: los vestuarios y las instalaciones usurpadas que pagaban un "alquiler", hasta el cánon a quienes organizaban un torneo de equipos de fútbol. Buscan terminar con eso: "Sabemos que en este lugar llegaba la droga y se usaba el club como centro de distribución a diferentes zonas. El mismo club donde los pibes vienen a jugar a la pelota, donde hay chicos que tienen problemas con el consumo o son familiares de soldaditos. Queremos cuidarlos que no les pase nada y que salgan adelante", explica el referente de la organización.

Desde allí creen que si el estado recupera el lugar para el barrio y para el club "lo va a transformar en un lugar para la vida, no para la violencia y la muerte". El proyecto "Parque Pulmón de Barrio", entonces, es una realidad. Apunta a "Intervenir en un punto desolado y al abandono, convertirlo en un jardín de propuestas florecientes".

Se apunta a la creación de una forestación intensa en las veredas perimetrales, la reconfiguración de dos canchas de fútbol 7, un sistema de riego, vestuarios, baños y parrillero con amplia barra. También la puesta en marcha de un "salón de usos múltiples" para los vecino, la construcción de una cantina, con una cocina profesional, además de la puesta en marcha de un taller de carpintería y herrería. También se piensa en una gran huerta taller con invernáculo y bosques de comestibles que sirvan para alimentar a los emprendedores que ahí trabajen y puedan valorizar los excedentes comercializando a los vecinos y a la cooperativa de la cocina.

Además de todo eso, que apunta a revivir el barrio y hasta a generar empleos para la comunidad, también se proyecta "un espacio lúdico con juegos para niños, un domo arenero, juegos de destreza, plataforma para patines, patinetas y rueditas en general", indica "La Capital".

"De esta manera se transformaría este club abandonado en un lugar de deporte, reunión, producción y aprendizaje", concluye el proyecto que ya tiene el aval del estado, pero que ahora aguarda los fondos del mismo para pasar del papel a la realidad y así poder "recuperar" un espacio que había sido tomado por los narcos.