El temple en sus palabras contrastan con el descenso que sufrió su querido Temperley este fin de semana. Hernán Lewin toma la posta y analiza para ‘Doble Amarilla’ la pérdida de la categoría tras cuatro años en la elite del fútbol argentino. Lewin fue la cabeza de la dirigencia que llevó a Temperley a jugar de la Primera B a la B Nacional (tras unas recordadas finales con Platense, antes del Mundial 2014) y seis meses después logró ascender a Primera División. Es decir, pasó en 6 meses de jugar en la tercera categoría a desempeñarse en la máxima. Ahora, tras algunos años, le toca volver al Ascenso. Pero, en el medio, se dio el gusto de jugar en Primera y de crecer institucionalmente, según apunta el ex dirigente, quien además señaló que el 'Celeste' no cuenta con los beneficios que tienen otros clubes. Momento de balance, pero de tomar fuerzas para lo que se le viene al 'Gasolero'. 

DOBLE AMARILLA: - ¿Qué significa para Temperley este descenso?

Hernán Lewin: - Es un momento triste para los hinchas pero hay que tomarlo con serenidad. El exitismo del fútbol argentino es voraz y hay que apaciguar un poco las cosas. Hay que acordarse de que la realidad de Temperley hace seis años indicaba que arrancaba un torneo en descenso directo para bajar a Primera C y que hoy la historia dice que pudo jugar cuatro campeonatos en Primera División con los equipos más importantes del país, creciendo como club a nivel económico, social y de infraestructura.

DA - ¿Cuál es Su evaluación de este desenlace? 

HL: - Desde que se decidió que esos diez equipos que habían ascendido en ese torneo para conformar el de 30 se iba a reducir para volver a uno de 22 siempre estuvo latente la posibilidad de descender. A veces el hincha de Temperley sueña con consolidarse en Primera y se compara con equipos como Lanús, Banfield o Defensa y Justicia. Pero Lanús tiene más de 25 años de continuidad en una gestión directiva, Banfield siempre tuvo algunas ayudas económicas que clubes como el nuestro no tuvo y Defensa y Justicia tiene un representante de jugadores que colabora para que buenos baluartes puedan actuar ahí. Temperley se manejó con recursos genuinos y modestos durante estos torneos.

DA: - ¿Qué opinión tiene de la reforma que se plantea para el torneo de la B Nacional?

HL: - Tendría que interiorizarme del formato del torneo, cuántas fechas y cómo estaría dividido con qué cantidad de equipos y el reparto de los ingresos. Pero, a priori, la B Nacional es la categoría más complicada del fútbol argentino a nivel económico. Los viajes son imposibles de solventar y es más rentable jugar Primera B que la B Nacional. Cualquier cosa que se haga en pos de beneficiar la economía de los clubes tiene que ser buena.

DA: - ¿Qué le deja a Temperley su paso por Primera y cómo debe encarar el club lo que viene?

HL: - Hay que buscar más fuerza y unión que nunca entre el plantel que se preparará para la temporada próxima, los dirigentes, los socios y los hinchas para que se trabaje muchísimo para poder volver. Hay que tomar este descenso con altura y con fuerza porque el club ha vivido situaciones muchísimo peores que esta. Porque este es un resultado negativo a nivel deportivo pero que nos encuentra en una buena situación social, una consolidación económica y 22 disciplinas que se realizan en un club que va más allá del fútbol. Además este paso nos permitió reformar el estadio y crecer como institución además de aumentar en números impensados la cantidad de socios.

DA: - ¿Cuál es su mensaje para la gente?

HL: - La gente tenía un deseo de permanecer eternamente en Primera División pero no se logró y ahora hay que tomarlo con calma y apoyar para el futuro, seguir trabajando e intentar volver porque seguramente Temperley pueda lograr ser un equipo importante en la B Nacional que pelee para subir a Primera. Hay que saber disfrutar lo que se dio y pelear por lo que va a venir. No es momento para bajar los brazos y buscar culpables porque los resultados deportivos son así: hay equipos que lo logran y otros que no. Pero es la primera vez en siete años que no se dan los resultados deportivos que la gente soñaba.