(Desde la redacción de DOBLE AMARILLA) El miércoles por la noche, en Sarandí, Lamadrid vivió una pesadilla. Y no se refiere al resultado deportivo. Sino que los hinchas, dirigentes y miembros de la institución sufrieron una brutal represión por parte de la policía bonaerense, en la entrada al estadio, durante el partido y, luego como si fuera poco, en la salida “fue todo peor”, aseguraron desde el club.

Lamadrid llegaba a Sarandí con mucha ilusión. Era una oportunidad única para avanzar a los octavos de final de la Copa Argentina y, en caso de ganarle a Platense, jugar contra River. Los fanáticos del conjunto de Devoto se acercaron hasta la localidad del sur de la provincia de Buenos Aires con ese mismo sueño, pero se toparon con la policía y vivieron una noche tormentosa.

En exclusiva, Doble Amarilla se comunicó con dos miembros de General Lamadrid, que vivieron en carne propia la agresión policial y que cuentan todo con detalles. Alejo Monetta, profesor del área de futsal del club, fue a ver el partido como un hincha más. “Pasamos una situación de violencia extrema, muy fuerte, que hasta el día de hoy no podemos entender qué fue lo que pasó. En la entrada la policía ya tenía muy malos tratos, con un tono muy agresivo, había mucha mala onda excesiva", comenta Monetta. Y agrega: "Hubo mucha gente que no pudo entrar aunque tenía ticket. A la gente le rompían la entrada en la cara y le decían “Vos pibito no entrás”.

En esos instantes, mientras los policías reprimían a los hinchas de Lamadrid, los jugadores y dirigentes ya estaban adentro del Julio Humberto Grondona. Doble Amarilla también charló, con Flavio Fernández, presidente de Lamadrid, quién ratificó  lo que sucedió en las afueras del estadio. “Los dirigentes estábamos en la antesala del vestuario esperando por el comienzo del partido y nos empiezan a llamar familiares, chicos que hacen distintas actividades en el club, que es el grueso de nuestra gente, la familia. Y de golpe nos empiezan a avisar que había lio afuera. Cuando salimos nos encontramos con un desborde general, que nos llamó mucho la atención. Veíamos gente que se llevaban detenidas por nada", resaltó.  Según las autoridades del club hubo excesivos maltratos a socios, empleados y familia que ni cerca estuvieron de un hecho de violencia. "Vi otros casos, como a una persona que quería entrar, tenía la entrada en la mano y le dijeron que “ya no entra más nadie”, empezó  una discusión con los agentes de seguridad, y lo tiraron al piso, lo golpearon y se lo llevaron. De esos casos un montón”, aseguró Fernández.

Según los relatos de los testigos la situación no se calmó nunca. Durante el trámite del partido, también hubo incidentes y los hinchas la pasaron mal. “Una vez que entramos, nos enteramos que ya había siete detenidos, escuchamos muchas cosas, entre ellas, la policía nos decía que a la salida nos iban a pegar y así fue. A la salida fue todo peor”, advirtió el profesor de futsal.

Momentos antes de la salida. Al término del partido, hubo nuevos golpes de la policía, según relatan los directivos del club.
Momentos antes de la salida. Al término del partido, hubo nuevos golpes de la policía, según relatan los directivos del club.

El presidente de la institución, Flavio Fernández, responsabilizó directamente a la policía bonaerense, por su pésimo accionar con la gente de Lamadrid: “Vi mucha saña por parte de la policía pero todavía no entiendo el motivo. Quiero imaginar que las fuerzas policiales están suficientemente capacitadas para detectar si hay alguna persona que está haciendo lio, en caso que sea así, la detenes y punto. Ahora, de ahí a agarrártela con todos los que vienen atrás, es complejo. Agarraban a cualquiera, por ejemplo un profesor de futsal femenino del club, a un padre con un hijo, a una mujer, hasta le tiraron gas pimienta en la cara a una nena de 15 años”.

Pasadas las 11 de la noche, el árbitro marcó el final del partido, que le dio el triunfo a Platense por 1 a 0 y el correspondiente pase a los octavos del certamen. Pero a Lamadrid poco le importaba. La atención estaba puesta en otro lado: los hinchas y dirigentes sabían que, por lo sucedido en la previa, podía venir algo peor. 

“No sólo estaban los policías que habíamos visto en la entrada, sino que empezaron a salir policías de civil por todo Sarandí, corrían a la gente, tiraban gas pimienta sin discriminar quién estaba por delante. Hubo golpizas, de hecho lo hicieron con un dirigente delante de sus propios hijos, y se lo llevaron arrastrado por 15 cuadras”, confesó Monetta, quién se encontraba al lado del directivo. Y agregó “Se notó una vía libre para la policía y disfrutaban pegarnos”. 

“La salida fue lo peor porque se provocó como un embudo y ahí revolearon golpes para todos lados, mujeres, niños y a cualquiera, no les importaba nada”, ratificó Fernández. Ante la delicada situación, de puro nerviosismo y violencia, el mandamás de “Lama” quiso calmar las aguas tratando de acercarse al titular de APREVIDE, quién se encontraba en el lugar, pero jamás recibió la respuesta que esperaba: “No sé si fue a propósito, no tengo pruebas de nada, de que esto haya sido un vuelto porque si lo supiera, lo denunciaría. Yo no quiero echar culpas pero no entendemos el porqué. (Juan Manuel) Lugones estaba ahí en el medio, nosotros en un momento quisimos hablar con él, nos presentamos como presidente y vicepresidente del club hablando con el comisario de la 4ta de Avellaneda, le pedimos si podíamos hablar con él, para saber que estaba pasando, buscábamos el porqué de ese desbande y ofrecerle si podíamos colaborar en algo, y no nos quiso atender, no nos dio ni pelota. La verdad que muy raro y fue todo una locura”.

A 48 horas de lo sucedido, la bronca en Lamadrid continúa. Los principales dirigentes se reunieron con el abogado del club y analizan realizar una denuncia ante la justicia para la próxima semana: “Estamos evaluando con el abogado del club hacer una denuncia formal y emitiremos un comunicado contando la situación que vivimos, para que de manera oficial se sepa y que en los medios se repudie el malísimo accionar de la policía. No queremos que esto quede en la nada, queremos que se enteren todos”, aseguró Fernández. 

Luego de la "poca voluntad" que mostró el titular de APREVIDE el miércoles en la cancha de Arsenal para con los miembros de Lamadrid, el presidente del conjunto que milita en la Primera C esperaba que el funcionario tenga otro tipo de gesto: “Después de los hechos, me parece que ameritaba que nos llame Lugones para averiguar cómo estaba nuestra gente que la pasaron realmente mal, por lo menos para demostrar un poco de preocupación, pero no hizo nada.  Ellos están para cuidarnos, para prevenir no para golpear porqué sí”. 

Doble Amarilla se comunicó con APREVIDE para que aporte su versión de los hechos. Desde el organismo ni desmintieron las acusaciones, ni las afirmaron. Se limitaron a un simple: "no tenemos nada para decir".

La vuelta de los visitantes es hoy un experimento aislado. En Provincia se repiten las denuncias de excesos de una policía que, miope, no distingue entre barra bravas y niños, todo ante los ojos de autoridades que siguen sin dar en la tecla pese a logros básicos y parciales. Mismo desde Independiente, donde Cristian Ritondo aún pisa fuerte, denuncian que la policía se excedió al menos dos veces en represiones a hinchas del rojo escudándose en una destacable cacería de la barra. Es más, algún exceso de la policía manejada por el comisario Fabián Perroni y bajo los operativos de Lugones, le trajo más de un dolor de cabeza al ministro de Seguridad bonaerense que inclusive llegó hasta el despacho de la gobernadora María Eugenia Vidal. 

Para el Gobierno de Mauricio Macri, la vuelta de los visitantes es una prioridad fundamental para su objetivo central: que se aprueben las Sociedades Anónimas en el fútbol. Sabe, el Presidente, que es inviable que capitales privados inviertan fuerte en los clubes si no cesa la violencia. De hecho, ya se lo hicieron saber una decena de empresarios en diversas charlas sobre el tema. Sin embargo, no parece tampoco el camino de la violencia desmedida la solución a una problemática que parece no terner fin...