El presidente Jair Bolsonaro confirmó que, en que a él respecta, la Copa América se jugará en Brasil. "Si depende de mí y de mis ministros, la Copa se jugará", expresó el mandamás del vecino país, tal como había aclarado ayer Doble Amarilla.

Los dichos llegaron en una conversación con simpatizantes a la salida del Palácio da Alvorada, y fueron rebotadas por todos los medios brasileños y de la región. El presidente indicó que fue consultado por fuentes de la la CBF (Confederación Brasileña de Fútbol ) y que luego de esa consulta, habló con todos los ministerios interesados y ahí le dio una respuesta positiva a la Confederación, que ofreció al país como sede. 

"Si depende de mí, inclusive del ministro de Salud, ya está acordado. Habrá Copa América", afirmó el mandatario, en momentos en que desde varios estados de Brasil se le cierra las puertas al torneo y la oposición, liderada por el ex Presidente Luiz Inácio Lula Da Silva utiliza esta situación para seguir criticando al actual mandatario.

Pero no sólo es político el rechazo, Brasil amaneció con los principales diarios y medios como críticos de la llegada del torneo a tierras verdeamarelhas. El vecino país suma más de 462.000 muertos por coronavirus y tiene estados con las terapias intensivas descontroladas, e, incluso, varios marcan que la tercera ola está al caer. 

Bolsonaro atribuyó las críticas a sectores de la prensa que no tendrán los derechos de transmisión, en referencia a la TV Globo, que perdió los derechos de televisar el torneo frente a SBT, el canal del magnate bolsonarista Silvio Santos, cuyo yerno es ministro de Comunicaciones, Fabio Faria. El Gobierno aún no ha informado oficialmente un acuerdo con Conmebol sobre las condiciones para el certamen, pero Bolsonaro insistió en que "ya está acordado". Tal es así que este martes serán anunciadas las sedes para el torneo continental.