La Conmebol definió que, además de las finales de la Copa Libertadores y Sudamericana masculina, también se disputará la Copa Libertadores Femenina en el mítico estadio Centenario de Montevideo, Uruguay.

El equipo de inspección de la Confederación Sudamericana estuvo trabajando del lunes al miércoles en la revisión del estadio para detectar que cuente con las condiciones necesarias para desarrollar estos tres grandes eventos deportivos que serán observados por Sudamérica y el mundo.

Todas las finales serán en noviembre. En primer lugar, se disputará el 20 de noviembre la Sudamericana; y luego, el 27 la Libertadores. Resta definir qué día será la final de la Libertadores Femenina.

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Desde la Conmebol informaron que “se estima un importante impacto económico en el país sede, con la inyección de recursos en inversión en obras, hotelería, transporte, seguridad y otros sectores”.

Con el avance del plan de vacunación en la región, la apuesta es que estos encuentros puedan contar con público en las gradas, aunque todavía no hay confirmaciones. De momento, siempre que se pudo, se trabajó desde un 10% hasta un 30% de aforo. Lógicamente, se da con la obligatoriedad del uso del barbijo, la distancia social y el test negativo de covid presentado con anterioridad.

“A partir de este año, la final de este último torneo se jugará en la misma sede de la modalidad masculina, con el objetivo de ofrecer un espectáculo más completo y atractivo a millones de hinchas, así como jerarquizar la definición del torneo femenino”, manifestó la Conmebol sobre la definición de la Libertadores Femenina.

Además, agregan que las mejoras del Centenario uruguayo “abarcarán el campo de juego, los vestuarios, la lumínica, las tribunas y otras dependencias. Estas mejoras son el punto de partida para convertir al Centenario en un estadio a la altura de los más exigentes estándares de calidad del siglo XXI, de cara a la candidatura sudamericana a la Copa del Mundo 2030”.

“Las finales únicas de los torneos de clubes de la CONMEBOL representan una gran oportunidad económica para las ciudades sede, incluso cuando se realizan sin público y con más razón con la presencia de espectadores. A las inversiones físicas y técnicas, se suma el efecto positivo en los sectores de hotelería, transporte, comercio, seguridad, logística y servicios varios”, destacaron sobre el final.