El partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa de Chile, entre Universidad Católica y Universidad de Chile, fue suspendido a pocos minutos de comenzado por una agresión con pirotecnia al arquero visitante Martín Parra.

El incidente se produjo a los cinco minutos de iniciado el partido después de que el equipo cruzado se adelantara en el marcador con un polémico gol de penal. La pena máxima fue transformada por el argentino Fernando Zampedri, momento en el que los hinchas de su equipo empezaron a lanzar petardos de gran potencia sobre la portería defendida por Martín Parra, meta rival.

Ante la situación, y con el portero rodeado de humo y con las manos en los oídos, el árbitro del encuentro ordenó a los jugadores regresar a los vestuarios. Minutos después, la Federación en coordinación con las fuerzas de seguridad y los gestores del estadio decidieron suspender de forma indefinida el partido.

El incidente se produce en medio de un debate nacional sobre los aforos de los estadios y la gestión de la seguridad tanto en el interior como en el exterior de los mismos. Meses atrás la Conmebol sancionó a Colo Colo uno de los equipos más importantes del país por los incidentes de los aficionados en un partido de la Copa Sudamericana.

Este se suma a los numerosos incidentes violentos que se producen en el país tanto en los eventos deportivos como en otro tipo de espectáculos, como los conciertos de música.