(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Las jugadoras profesionales de El Porvenir afrontan una difícil situación ante una dirigencia que la hostiga con suspender la actividad. Doble Amarilla dialogó con Solange Tarsia (capitana) y Magalí Aguirre, integrantes del plantel que transitan una triste presente.

La semana pasada, el club de Gerli cayó en su casa por 0-4 ante Independiente y despidió el año sin conocer la victoria. Pero eso no es lo más importante. En realidad, la floja campaña del equipo tiene un motivo: una profesionalización que las jugadoras no pudieron recibir materialmente.

Tras la dura derrota, el plantel se reunió en el círculo central y con la voz de Solange Tarsia, su capitana, expresó sus reclamos ante la gente. Sin embargo, nada de lo expuesto pudo dar resultado para cambiar las decisiones de la dirigencia. Más bien, todo lo contrario. "La realidad es que ya veníamos organizando este pedido, pero queríamos esperar al último partido para no pasarla todavía peor a lo largo del torneo", le dijo la capitana a 'Doble Amarilla'.

La situación de las jugadoras en lo económico y deportivo es complicado. Si bien el club percibe el dinero de AFA, el club lo administra de una forma que al plantel le quedan migajas, sin mencionar que no pueden realizar la actividad correctamente. No poseen insumos y necesidades básicas como hidratación, indumentaria deportiva y elementos de trabajo. Además, escasas veces tuvieron acceso a la cancha principal. 

Los 8 contratos son divididos por todo el plantel (en este caso, conformado por 18 jugadoras). Pero además, dentro de ese mismo dinero se les descuentan gastos operativos como jornadas de policías, médicos, tratamientos de kinesiología y ambulancias.

"Tras el partido, hablamos con el delegado del fútbol femenino y no existió ningún acuerdo, por lo cual todo sigue igual. Lo peor es que ni tendríamos que hablar de acuerdo, sino que son nuestros derechos", expresó la jugadora Aguirre. En la misma sintonía, Tarsia amplió: "Hablamos con Enrique Merelas, presidente del club, y nos dijo que le hacíamos pasar vergüenza al club, por lo cual daría de baja la actividad. Además, nos dijo que deberíamos dejar nuestros trabajos y dedicarnos a fondo con el fútbol, teniendo en cuenta que algunas cobramos $5.000, otras $3.000 y a otras ni les pagan".

Para colmo, las propias jugadoras fueron las que de alguna forma lograron que los entrenadores continúen en el club, dado que la dirigencia quería echarlos. La capitana, post partido, había mencionado que fue el propio cuerpo técnico el que les daba los recursos para entrenar, que además eran traídos de otras instituciones. "Nos comunicaron los entrenadores que iban a seguir con nosotras. No sabemos si depende de ellos la continuidad o del club, porque nosotras ya no tenemos contacto con nadie", amplió Tarsia.

Por último, ambas se refirieron al apoyo incondicional de las jugadoras de otros equipos y la participación activa sobre esta problemática. Si bien AFA ya intimó al club para que cumpla con los pagos, el plantel posiblemente termine tomando acciones legales: "Muchas chicas y de hecho jugadoras nos hicieron el aguante y estuvieron presentes. Nos apoyaron prácticamente todos los clubes. Además, algunas páginas nos ofreció un juego de pecheras para poder ayudarnos".