El martes explotó todo. El arbitraje de Pedro Argañaraz la noche anterior en Vélez-Tigre provocaron unas declaraciones muy fuertes de Horacio Elizondo, el Director de Formación Arbitral: ¨No pongo las manos en el fuego por Argañaraz. Lo vamos a parar. Les pido disculpas a Sava y a todo Tigre¨. Semejante escrache dialéctico caló hondo en las filas del SADRA, la entidad gremial que representa al juez. Y ahí se desató la guerra que siempre existió entre Elizondo y Guillermo Marconi, el titular de ese gremio. La respuesta de Marconi tardó 12 horas: le mandó una carta al presidente de la AFA, Claudio Tapia, para que se pronuncie con respecto a las gravísimas declaraciones del árbitro de la final del Mundial 2006.¨Sus declaraciones  ponen en duda la honorabilidad de todos los árbitros. Esta carta le pide al presidente de la AFA que aclare su postura en relación a los dichos de Elizondo¨, dice Guillermo Marconi en la misiva.

Al rato, el director de los árbitros puso el pie en el freno y empezó a girar, quizás advirtiendo la real dimensión de lo que había dicho. ¨Nunca dudé de la capacidad de Argañaraz, si yo lo elegí pra dirigir ese partido y lo estaba promoviendo para serconsiderado árbitro FIFA¨. Lo cierto es que esto recién empieza. Y la vieja guerra entre Elizondo y Marconi asoma con producir varios capítulos.