(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Entre los tantos objetivos de Chiqui Tapia hay uno central en la agenda internacional de la AFA: recuperar la relación y el peso en CONMEBOL. El presidente de AFA cree fundamental ese vínculo para el fútbol argentino y clave para poder también hacer pie nuevamente en FIFA. 

Pese a tener nexos y hombres de su riñón que ya nombró en Conmebol, Tapia craneó minuciosamente su estrategia “de cancillería” para aceitar cada vez más su relación con Alejandro Domínguez. Un dato innegable, la grieta en AFA con Daniel Angelici, archienemigo del paraguayo, ayuda.

El último vaje de Tapia a Paraguay tuvo como excusa la reunión de comisiones de Conmebol y el encuentro de los presidentes, pero el lobby fue más allá. El mandatario de Viamonte hizo saber a Alejandro Domínguez que sería bueno para el vínculo creciente que todos los miembros de AFA en el organismo sudamericano sean designados por esta gestión. ¿A dónde apuntó Chiqui? a tres sillones clave que son ocupados desde fines del año por representantes ajenos al tapismo: Ricardo Gil Lavedra, Natalia Simeone y Orlando Salvestrini. 

Gil Lavedra llegó de la mano de la Normalizadora y con empuje presidencial. Hoy funcionario de Cambiemos, lidera el programa Justicia 2020 que está bajo la órbita del ministro Germán Garavano. Tildarlo simplemente de macrista sería obviar la amplia trayectoria política en el radicalismo y su relevancia en el Juicio a las Juntas. Sin embargo, hoy en AFA todo lo que tiene tufillo a Mauricio Macri repele. Su carácter de abogado de la vicepresidenta Gabriela Michetti, tampoco ayuda. Más perdonable es haber sido asesor legal de Marcelo Tinelli en la candidatura a la presidencia de AFA. Desde diciembre de 2016 ocupa un cargo en la Comisión de Disciplina de la Confederación Sudamericana de Fútbol.

Natalia Simeone es la hermana del Cholo. Eventual representante del DT, fue la encargada de su renovación con el Atlético Madrid hasta el 2020. Está casada con el expreparador físico Carlos Dibos, célebre por sugerir que Mascherano maneja a piacere a todos los entrenadores de la Selección Nacional. La hermana del cholo ocupa un cargo en la Comisión de Etica.

En tanto, el caso de Orlando Salvestrini es similar al de Gil Lavedra. Pobre de suma confianza de Mauricio Macri, desde su participación en las empresas familiares. Ni si quiera su enfrentamiento con Daniel Angelici lo habilita a una segunda chance. El dirigente de Boca ocupa un sillón en la Comisión de Gobernanza y Transparencia.  

Los tres son mirados cada vez más de cerca por la conducción de AFA que hubiera esperado un acto de renunciamiento que no ocurrió y no se vislumbra a futuro. Es por eso que subterráneamente ya comenzó la rosca para aflojar las patas de esos sillones. Hoy todo está en mano de Domínguez que, según confiaron fuentes paraguayas a Doble Amarilla, estaría dispuesto a dar una mano para seguir puliendo el vínculo Asunción-Buenos Aires. Todos con sutil diplomacia estaría, obviamente.