Bronca con Verón por su conducta personalista
Varios dirigentes de la AFA miran con desconfianza los manejos del presidente de Estudiantes en su cargo de Selecciones.
La nueva conducción de la Asociación del Fútbol Argentino decidió hace una semana que Juan Sebastián Verón ocupase el lugar que dejó vacante Marcelo Tinelli en las Selecciones Nacionales. El presidente de Estudiantes aceptó honrado pero sus primeros pasos ya despertaron algunas miradas de desconfianza en la calle Viamonte.
Quizás acostumbrado a hacer y deshacer a su antojo y sin consultar a nadie, una actitud que le endilgan en sus decisiones en el club Pincharrata, la Brujita amaga con manejarse igual en su flamante lugar en la cúpula de la AFA. Y ya hay un ejemplo que sus críticos lo esgrimen a mano alzada: fue cuando el rapado dijo que había consenso entre los directivos para que Diego Milito vaya a unirse al trabajo de la Selección Mayor. Muchos dirigentes, al enterarse de esto, se miraron sorprendidos porque jamás fueron consultados. Averiguaron puertas adentro de Viamonte y se encontraron con que varios estaban con la misma inquietud: ninguno había sido requerido para opinar. Y, obvio, ahí aparecieron las primeras luces de alerta.
Incluso, todo se potenció cuando trascendió la forma en la cual se había alcanzado esa decisión. Parece que todo forma parte de un arreglo que realizaron la Brujita y Víctor Blanco, el titular de Racing, quien hace más de un mes que viene inisistiendo con colocar a Diego Milito en ese lugar. Es más: los periodistas acreditados en la AFA pueden dar fe de que, en off, Blanco quiso ubicar ahí al ex delantero apenas había surgido el rumor de que Chiqui Tapia se lo iba a ofrecer a Marcelo Tinelli. Fue entonces cuando el dirigente albiceleste quiso acelerar los tiempos para que Diego no se quedase afuera. Pero... Tinelli fue designado Director de Selecciones y Blanco quedó en off side.
Ahora, con el conductor de Show Match automarginado y fuera de escena, el presidente de Racing volvió a la idea inicial. Y encontró eco en la figura de Juan Sebastián, quien dijo ya públicamente que él sólo quiere dedicarse a trabajar con los cuerpos técnicos de los juveniles más que con los mayores. Tras cartón, propuso a a Diego Milito para cumplir funciones con los grandes, argumentando que había consenso entre los dirigentes. Y ahí asomaron las miradas de desconfianza. Esta sociedad Verón-Blanco y su modus operandi en el caso Milito despertó una lluvia de críticas de varios dirigentes que concurren habitualmente a la casa de Viamonte. Y aseguran que rápidamente le van a elevar su disconformismo a Claudio Tapia, basándose en que no quieren volver a un pasado en el que las decisiones pasaban por una sola cabeza y los demás sólo tenían lugar para aprobar. ¿Los escuchará el presidente? Hummmm...