El escenario de la rosca fue el primer piso del edificio de Puerto Madero donde funciona la Liga Profesional de Fútbol (LPF). A las 15, se reunieron representantes de clubes, la mayoría de los cuales habían sido firmantes de la carta del 24 de diciembre en la que se convocaba a una reunión formal para pedir la destitución de Marcelo Tinelli.

Iniciada la reunión, convocada vía grupo de WhatsApp por Cristian Malaspina, lo primero que se aclaró es que el encuentro era informal y que ya no regía el orden del día en el que se planteaba la remoción del presidente de la Liga. Entre los presentes, había 5 presidentes de clubes. El resto eran veces o representantes. Algunos jamás habían pisado la Liga. La sorpresa fue la presencia de Juan Román Riquelme, quien llegó sin hablar con la prensa y se retiró de igual manera. También se sumaron a último momento Racing (estuvo presente su vice Alfredo Chiodini) y Barracas Central, recientemente ascendido a Primera.

Según relataron fuentes presentes en el encuentro a Doble Amarilla, la reunión fue “más tranquila de lo que pintaba”. Hablaron los representantes de todos los clubes presentes. Algunos fueron más vehementes como Pepe Mansur (Godoy Cruz) y Ricardo Carloni (Rosario Central). Riquelme estuvo lacónico, pero avalando los cuestionamientos con su presencia.

Malaspina, flanqueado por el ex dirigente de Lanús y vice segundo de la Liga Hernán Arboleya, planteó la necesidad de una salida inmediata de Tinelli. La propuesta de este grupo fue siempre la remoción del presidente y que toda la conducción suba un escalón. Es decir, que Malaspina pase de vice primero a presidente y Arboleya de vice segundo a vice primero.

Tal como anticipó Doble Amarilla, tras un sondeo de la gran mayoría de los clubes, esa postura fue desechada rotundamente. Sin embargo, buena parte planteó serias diferencias con la manera de conducir de Tinelli y cuestionó sus ausencias. También se criticaron algunas decisiones de negocio. “El fútbol no puede ir hacia un golpe institucional. Sería una locura, pero tiene que haber un cambio de conducción, un proyecto nuevo. Será con llamado a elecciones o lo que se defina. Pero nadie se puede autoproclamar, ni puede haber nada sin consenso”, cuenta uno de los hombres presentes en el encuentro de esta tarde a Doble Amarilla.

¿Cómo sigue?

La conclusión entre los presentes fue la necesidad de un cambio y de esperar a la reunión del 11 de enero convocada por Tinelli. Ese día, podría haber un pedido de llamado a elecciones o un planteo de renuncia. ¿Qué primará? Lo definirá la rosca veraniega.

Desde el grupo duro que apuesta a la salida inmediata de Tinelli, se juegan a forzar su renuncia en los próximos días o a pedir la remoción en la reunión del 11/1. El apuro es entendible: mientras más se hable de elecciones o pasen los días, más opciones de candidatos aparecen. Malaspina, desde la previa de la Navidad, entiende que esta es su oportunidad de ser presidente de la Liga. Si hay llamado a elecciones, no es todo tan lineal y las chances se diluyen, según evalúan algunos de sus pares cuando intentan explicar su premura para sacar de la cancha a Tinelli. El primer revés ya lo tuvo de varios clubes que no convalidan que la presidencia sea “tomada por asalto”. Además, en las últimas horas alguien que apoya su movida le marcó su error estratégico al recordarle un viejo axioma de la política: “El que saca nunca pone”.

Mientras, por debajo de la mesa, empiezan a surgir candidatos en caso de que Tinelli llame a elecciones o de que la mayoría de los clubes pida comicios. Hasta el momento, clubes como River se mostraron prescindentes y no avalaron la embestida. Pero van a jugar fuerte a la hora de elegir un candidato a conducir la LPF.

En tanto, en el Gobierno siguen muy de cerca lo que pasa en la LPF. “El Presidente cree lo mismo que reitera desde hace dos años: entiende que al fútbol le falta seriedad. No ve cambios en ese sentido y esto último es una muestra más”, relató esta semana ante Doble Amarilla una fuente directa con acceso recurrente al despacho presidencial.

Si bien algunos de los impulsores de la defenestración aseguraban tener el visto bueno de una parte del Gobierno, eso fue rápidamente desmentido por las tres patas fuertes del Frente de Todos. “Esto no lo impulsa nadie del Gobierno. No nos metemos. Pero sí es preocupante el desorden que hay. En el fútbol ya saben lo que el Presidente opina de esto. Ya lo hizo saber”, insiste la misma fuente. Sin embargo, hubo varios actores de Gobierno merodeando, aunque no jugando fuerte.

Se vienen 15 días de rosca intensa. ¿Habrá elecciones? ¿Se insistirá el 11 de enero con el pedido directo de remoción? ¿Jugará más fuerte la política?