Un juego, once piezas que buscan sin cesar el arco rival. Táctica y técnica. Es fútbol, sí, pero de mesa. Le decimos metegol. A fuerza de grandes exponentes en distintos clubes a lo largo de la provincia de Buenos Aires y algunos puntos del interior, Argentina trabaja a contrarreloj para poder viajar al próximo Mundial de este deporte, que nació como tal en los años 70'.

A pocos meses para la cita mundialista, la segunda en Francia, más precisamente en Nantes, Doble Amarilla habló mano a mano con Daniel Juárez, el número 1 del ránking nacional y presidente de la Asociación Argentina de Jugadores de Metegol (AAJM).

Ser jugador, médico cirujano y presidente de la asociación que nuclea a los jugadores de todo el país es una tarea complicada. El fútbol de mesa o metegol es amateur, pero eso no cambia el pensar y el sentir por el deporte de Juárez. "No vivo del metegol, vivo de la medicina a la que amo mucho, pero amo más el metegol y, si fuese mi elección, viviría del metegol", sentencia.

El metegol es un juego muy presente en escuelas, colegios y clubes de barrio. Sin embargo, también tiene su lado profesional. "Hay tres torneos nacionales y cinco provinciales que se organizan donde se pueda. Depende de la buena predisposición de los jugadores de llevar un torneo a su ciudad. Se han hecho en Córdoba, Mendoza, Santa Fe y en Bariloche, pero la gran mayoría se hacen en el club Juventud de Bernal, que es la sede principal en Argentina y donde se llevará a cabo la Copa Argentina, el 10, 11 y 12 de Diciembre", explica.

El metegol, como todo deporte, tiene su cita mundialista, pero cada dos años. Argentina no solamente compite contra los rivales de turno (que llegan a ser 60 de todas partes del mundo), sino contra una economía que torna muy difícil el hecho de viajar a Europa.

“Hay jugadores muy buenos para dobles, pero no tan buenos para individuales y al revés. También hay jugadores intermedios, que son muy estables y toleran muy bien la presión. En este momento no podemos solventar el viaje y la estadía a Francia, por lo que además del ranking y las cualidades de los jugadores, se debe elegir a los que se puedan pagar el viaje. Ese es un limitante muy importante", asevera.

En el mismo sentido, Juárez agrega: "No es barato que viajen 6 personas a Francia. Nosotros tenemos un equipo competitivo. Pero tienen que viajar los mejores. En 2013 Argentina salió subcampeón. Los argentinos nos adaptamos... pero con los aéreos no podes negociar.  El deporte que no es fútbol vive esto".

Juárez responde con una tranquilidad y un conocimiento sorprendente, por lo que resulta imperativo que cuente todo lo que sabe de la historia del deporte. Que abra esa famosa bitácora que todos los deportistas llevan consigo.

“Conozco a todos los que comenzaron este deporte y, como dice el lema de la Federación Internacional, 'un viejo juego, un nuevo deporte'. Esto empezó a cambiar en los años 70', más precisamente en el año 1977, cuando se lleva a cabo un torneo que fue conocido como 'el juego del millón de dólares'. A partir de ahí, comienza el profesionalismo y los jugadores se vuelven más expertos, sobre todo en Estados Unidos", cuenta.

"La misma organizadora realizó un gran torneo en el Luna Park también en el 77'. Estuvieron ahí los que yo llamo mis maestros, los que me enseñaron un montón y me mostraron el juego. En el 2009, surge la Asociación Argentina de Jugadores de Metegol, que hoy es la que nuclea y es la única que es miembro reconocida de la Federación Internacional", cierra Juárez.

Un proyecto para hacer crecer el deporte entre los más chicos

"100 metegoles para las escuelas" es un proyecto sostenible a nivel mundial, iniciado por la Federación Internacional de Metegol. Tiene como objetivo proporcionar a los colegios metegoles de forma gratuita para desarrollar el deporte entre los más jóvenes, destacando valores educativos básicos: "Respetar para divertirse", "Concentrarse para progresar", "Analizar para adaptarse", "Socializar para aprender a compartir" y "Divertirse para ganar confianza".